Durante el año pasado se recepcionaron más de 1.100 denuncias por hechos de este tipo. “Es cada vez mayor el número de casos que se atienden para recibir orientación y asistencia», dicen desde una ONG.
“Las altas estadísticas de violencia familiar desde 2001 a fines de 2019 muestran de qué estamos hablando. En la ONG luchamos y somos testigos de historias de violencia, dolor y miedo. Así viven y vivieron muchas mujeres durante años, lejos de sus raíces y marcadas por el desarraigo”.
Así describe Encarnación Quiroga, titular de la entidad Manos Entrelazadas, la preocupante situación que las cifras revelan respecto al flagelo de la violencia de género en el partido de Coronel Rosales.
De acuerdo a la estadística oficial, hasta los primeros días de diciembre del año pasado se habían recepcionado en el Juzgado de Paz rosaleño 1.151 denuncias, superando las 1.037 presentadas a lo largo de todo 2018.
Voceros consultados señalaron que el número no resulta menor, ya que determina una cifra superior a las 1.108 de 2016, que hasta el momento era la más alta dentro de ese municipio.
“La Lucha de la igualdad de trato y oportunidades es todavía un proyecto en construcción. La problemática de la violencia hacia la mujer y la familia es un producto de la construcción social y cultural en que las mujeres ocupan un lugar de subordinación y sumisión, propias de relaciones de poder”, sostuvo Quiroga.
En este sentido, afirmó que «el fenómeno de la violencia en el ámbito de la familia, que recién en estos últimos años fue visualizado, constituye un grave problema social que afecta la salud y la calidad de vida de cada uno de sus miembros”.
Obligaciones
También consideró que el Estado se debe comprometer para dar respuesta inmediata a las víctimas y cumplir el artículo 20 de la Ley 12.569 de Violencia Familiar, que, entre otras cosas, señala la obligación de la «articulación de las políticas de prevención, atención y tratamiento de las víctimas».
“Hay que generar con los municipios y las entidades comunitarias casas de hospedajes en cada comuna, que brinden albergue temporario a los niños, adolescentes o grupos familiares que hayan sido víctimas», pidió.
Días atrás, al utilizar la banca abierta del Concejo Deliberante rosaleño, Quiroga solicitó públicamente por la puesta en funcionamiento de una casa de abrigo para las mujeres, adolescentes y niños víctimas de violencia intrafamiliar y de género.
“Tengo muchas cosas que decir y nada que callar, para las que no tienen voz ,las que sufren en silencio, las que no se animan, las que tienen vergüenza, las que se levantan y se dibujan una sonrisa para fingir ser feliz, las que se cubren con maquillajes los golpes y las heridas del violento, las que con vergüenza y culpa se animan, las que creen y sueñan que van a cambiar. Por todas ellas, ‘las invisibles de la sociedad machista’ levanto mi voz y estoy junto a ellas», señaló en el recinto deliberativo.
Finalmente, Quiroga indicó que «la violencia se manifiesta en el interior de algunas familias con mayor frecuencia de lo que sabemos o imaginamos. El fenómeno de la violencia en el ámbito de la familia constituye un grave problema social que afecta a la salud y la calidad de vida de cada uno de sus miembros».
Edades de las víctimas y sus padecimientos
Encarnación Quiroga sostuvo que en la ONG Manos Entrelazadas reciben a una importante cantidad de víctimas que se acercan para recibir orientación y asistencia legal, psicológica y social.
«Muchas de las Mujeres que se acercan a la organización forman parte de un grupo etario de 30 a 40 años de edad con hijos menores de edad. Se destaca también un porcentaje llamativo de mujeres que tienen entre 60 a 75 años”, mencionó.
Además, describió que “estas víctimas sufren violencia física, psicológica sexual y económica, y sin embargo, más allá de que realicen las denuncias correspondientes, no pueden abandonar sus hogares, ya que en su gran mayoría provienen de otras provincias y no tienen familiares o amigos en la ciudad”.
Al menos 327 mujeres fueron asesinadas en la Argentina durante 2019. Durante el mes de diciembre se produjo un femicidio cada 24 horas.
Fuente: Claudio Rodríguez Kiser – La Nueva