El Campito tiene un solo lema: adoptá porque los amigos se eligen, no se compran

Una increíble historia de amor y pasión

El Campito ya salvó la vida de miles de animales. Entrá a conocer esta historia motivo de una entrevista exclusiva realizada por Luis Hernández.

Muchas veces la verdadera vocación se presenta temprano, otras veces llega más tarde. Sergio Moragues dedicó buena parte su vida adulta al derecho mercantil, pero su destino no estaba en las oficinas y despachos de Tribunales y microcentro sino a varios kilómetros de distancia, en un terreno de dos hectáreas en Monte Grande, partido de Esteban Echeverría.

Pero un día la decisión que tomó cambió su vida para siempre. El cambio se gestó once años atrás, cuando se mudó al barrio de Núñez.

Tenía ganas de adoptar un perro viejo que la estuviera pasando mal», contó. Así empezó una búsqueda de refugios a través de las redes sociales. Allí dio con El Campito, un lugar que se distinguía por ayudar a animales discapacitados.
Viajó hasta allí y le gustó lo que vio: un espacio con capacidad para 750 perros entre los cuales había 250 ancianos, 120 lisiados y 50 no videntes. Ese día abandonó el predio con dos cosas: Zorrito, un perro no vidente, y la certeza de que iba a convertirse en uno de los muchos voluntarios que ayudan a mantener vivo el lugar. «Pensé que podía dar una mano. Tenía un restaurante y empezamos a hacer cenas a beneficio para ellos», recordó.

Hoy funciona un equipo de 100 personas, que incluye veterinarios y trabajadores especializados. Cuidan de manera permanente alrededor de 450 perros que viven en estas instalaciones. En 10 años han dado en adopción 12.000 perros.

Pero todo no queda ahí, porque acaban de lanzar la primera página online de adopción de perros de la Argentina.

Sergio Moragues habló en exclusiva con Luis Hernández por Radio Mega y contó la experiencia.

«Varios perros llegan a nuestro refugio después de una vida de maltratos y adversidades y la experiencia siempre nos demuestra que el contacto con personas es sanador para ellos. Además de invitar a la gente a ser voluntarios por un día, abrimos la puerta a que se enamoren de ellos e inicien el proceso de adopción», afirmó Sergio Moragues, director de Relaciones Institucionales de El Campito.

Justamente el proceso de apertura de El Campito, incluyó visitas públicas los sábados y la realización en Palermo de las «Caminatas por la vida», que en cada edición siguen convocando a miles de vecinos a sacar a pasear a los «camperitos».

“En la calle eran invisibles y casi pierden la vida, pero en ese momento son estrellas de cine», comenta Sergio cuando habla de lo que logra El Campito y la interacción con la gente.

También comprendieron el poder de comunicación que ofrecen las redes sociales y decidieron aprovecharlo para contar las historias de los perros malheridos que llegaban hasta sus puertas y eventualmente lograban recuperarse y cumplir el sueño de ser adoptados por una familia. En Facebook tienen casi tres millones de seguidores.

Según sus cálculos, gracias a la labor de los voluntarios y las donaciones recibidas lograron rehabilitar y ubicar a unos 12.000 perros a lo largo de los años.

A la hora de indicar por qué es mejor adoptar un perro discapacitado o rehabilitado en vez de uno de raza, Sergio fue enfático: «En los criaderos hay mucha crueldad. Los amigos se eligen, no se compran».