Creada un 5 de enero de 1956, la UNS coronó una campaña de tres décadas de movilización de la ciudadanía bahiense en pos de una casa de altos estudios que funcione en la ciudad. Este año, además, festejó luego de un ciclo lectivo sin precedentes por el contexto sanitario
Tras el cierre de un ciclo académico que transcurrió casi en su totalidad en un contexto insólito, desafiante y sumamente complejo, y que encontró a la Universdad involucrada en decenas de iniciativas científicas y sociales para contener o atenuar las consecuencias de la pandemia de Coronavirus en Bahía Blanca y la región, llega un nuevo cumpleaños de la institución.
La UNS fue creada el 5 de enero de 1956 por el decreto Nº 154 del Poder Ejecutivo Nacional. Culminaba con este acto un largo proceso de más de treinta años en el cual la ciudad de Bahía Blanca, conjugando esfuerzos individuales e institucionales, luchó por ser sede de una casa de altos estudios que atendiera las necesidades de la ciudad, la región y todo el sur del país.
La institución contó con dos proyectos legislativos como antecedente: uno en 1924 del diputado radical Mario Guido, y otro en 1939 del diputado conservador Samuel Allperin. Si bien ninguno logró su aprobación, ambos hacían hincapié en una universidad orientada hacia lo técnico-científico, con sentido regional y ligada al desarrollo del medio.
En 1946, por iniciativa del diputado provincial Miguel López Francés, se creó en Bahía Blanca el Instituto Tecnológico del Sur, mediante una Ley provincial. Dependía académicamente de la Universidad Nacional de La Plata, y se inauguró en febrero de 1948. El propio López Francés fue designado su rector interino, quien además ocupaba el cargo de Ministro de Hacienda de la provincia. Este funcionario inmediatamente dispuso la habilitación de las tres primeras Escuelas Superiores, antecedentes de los actuales Departamentos: Ciencias Comerciales, Química Industrial e Ingeniería Industrial. En 1951 se crearon además las Escuelas de Agricultura y Ganadería; la de Bellas Artes –de fugaz duración- y la de Profesorado.
Tras el golpe de Estado de septiembre de 1955 que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón, el Instituto Tecnológico del Sur fue intervenido y comenzó a funcionar como una institución descentralizada. La Universidad Nacional de La Plata dejó de respaldar los títulos que otorgaba, y por ello se inició en la ciudad una intensa y entusiasta campaña por la concreción de la Universidad, en la que participaron todos los sectores sociales sin distinción de clase u orientación política. Esta se coronó el 5 de enero de 1956 con la firma del decreto de creación por el General Pedro Aramburu, presidente de la Nación. Seis días después se realizó el acto de inauguración de la flamante casa de altos estudios, la séptima creada en el país y la primera fuera de una capital de provincia. Allí se puso en funciones a su Rector-Interventor, el destacado filósofo profesor Vicente Fatone.
A diferencia de lo que tradicionalmente ocurre en las demás universidades argentinas la UNS adoptó la organización de su actividad docente y de investigación en Departamentos, en lugar de Facultades. Estos son las unidades fundamentales de la enseñanza universitaria y ejercen su función mediante la docencia, investigación, extensión y se constituyen sobre la base de disciplinas afines. De esta forma, la currícula de las carreras se construye con materias de distintos Departamentos.
En el mismo año de su creación, la Universidad anexó a su estructura dos establecimientos de nivel medio de larga trayectoria en la ciudad: la Escuela Nacional de Comercio (fundada en 1903) y la Escuela Normal (fundada en 1906). Ellos se agregaron a la Escuela de Agricultura y Ganadería, que había sido creada como dependencia del Instituto Tecnológico del Sur.
Desde entonces, la UNS mantuvo su funcionamiento y su crecimiento a pesar de los avatares institucionales que ocurrieron hasta 1983 primero -por la alternancia de gobiernos democráticos y dictaduras, que intervinieron la gestión de la Universidad-, y por las recurrentes crisis económicas experimentadas en las últimas cuatro décadas.
Actualmente tiene diecisiete Departamentos que dictan más de 60 carreras de pregrado y grado, y más de 100 posgrados. Su matrícula supera los 30 mil alumnos universitarios y más de 2500 en las escuelas preuniversitarias. Posee una de las proporciones de docentes dedicados a la investigación más altas del sistema universitario argentino, y es reconocida por su calidad académica y su proyección científica de nivel internacional. Muchos de ellos además son parte del CONICET, que tiene en Bahía Blanca doce institutos de doble dependencia junto a la UNS.
Además, en los últimos años la Universidad ha llevado adelante políticas de inclusión educativa que ampliaron notablemente la oferta de becas y servicios para el bienestar estudiantil, y de extensión en numerosos ámbitos de trabajo de la ciudad, que van desde barrios periféricos hasta mesas de discusión de problemáticas locales y regionales.
Con numerosas acciones e iniciativas consensuadas en sus organismos de gobierno donde participan docentes, no docentes y estudiantes, la UNS trabaja diariamente para sostener el ideal de “ser siempre una universidad nueva y no una universidad más”, como pidiera Mario Guido en 1924, de “propender a la investigación científica y a la formación profesional y técnica contemplando sustancialmente las necesidades del pueblo argentino …”, como destaca el decreto de creación del Instituto Tecnológico del Sur de 1946, y de tener como fin “la formación integral de sus miembros, capacitándolos para el ejercicio de las actividades científicas y profesionales, e inculcándoles el respeto a las normas e instituciones de la Constitución Nacional”, como señala su Estatuto en la actualidad, honrando los principios de inclusión educativa, calidad académica, excelencia científica, proyección internacional, extensión territorial y difusión cultural.
Entrevistado recientemente por Andrea Romero en el magazine de la mañana «Agenda Pública», el doctor Daniel Vega señaló que a pesar de las dificultades que presentó este año el balance es positivo, y destacó la apertura de la universidad en términos de investigación y extensión para responder a las demandas del medio, sobre todo las sanitarias y sociales surgidas con la llegada de la pandemia. Remarcó los proyectos científicos y de extensión relacionados con el COVID-19, y valoró que “a pesar de la pandemia se han logrado importantes avances, como en los procesos de digitalización, y otras herramientas que llegaron para quedarse y que van a ayudar muchísimo a tener una administración más ágil y transparente”.
“Nos hemos visto sorprendidos con la cantidad y la importancia de las cosas que se han logrado generar este año. El año que viene no tengo dudas que será mejor, no sólo en lo sanitario sino también en lo económico, y estoy seguro que podremos empezar a transitar un camino de desarrollo”, expresó el rector
Por su parte, el doctor Javier Orozco expresó que “este año va a ser inolvidable, en términos sanitarios, pero también económicos y personales. Espero que todos tengamos la capacidad de recoger las enseñanzas y aprender de este tiempo”.
Prensa UNS