Una enfermera le puso un «tapaboca» a Rodriguez

Stella Castillo es enfermera del Hospital Eva Peron y mediante una carta pública manifestó su BRONCA por las DESUBICADAS y AGRAVIANTES manifestaciones del Secretario de Salud, Leandro Rodriguez y el Director del nosocomio Eduardo Toscani:
«Todos tenemos un límite.

Soy enfermera. No es un trabajo que hace cualquiera, participamos de los mejores y los peores momentos de todas las personas. Toda la población requiere de nuestros servicios al menos una vez en su vida. Estamos desde el nacimiento y en algunos casos hasta la muerte. Sabemos cómo actuar en las situaciones más límites. Sabemos las intimidades más difíciles de confesar de nuestros pacientes.

Durante nuestra vida solemos enfermarnos por estar en contacto con miles de virus, bacterias y gérmenes de todo tipo que hay en nuestro lugar de trabajo. Estamos en contacto contínuo con fluídos humanos de todo tipo y superficies contaminadas por éstos. Sabemos de medidas de seguridad, de bíoseguridad y de higiene en general, además de infectología y demases.
Siempre tenemos problemas de salud debido a nuestro trabajo: lumbalgia por cargar con nuestros pacientes, piel seca y dermatitis en las manos por el lavado continuo y el uso de alcohol para desinfectarnos entre paciente y paciente y hasta me he contagiado piojos!
No cualquiera es enfermero!
Además de sufrir normalmente todo esto, debemos padecer el juzgamiento de la gente sin empatía que dice que nos la pasamos tomando mate y no atendemos o que no estamos pendientes de cada gotita que cae de suero. En momentos como éste, de pandemia, estamos frente a frente con el virus, junto con los infectados, poniendo, como siempre, nuestro cuerpo.
A pesar de todo esto, seguimos trabajando, es nuestro deber y lo hacemos como siempre, con vocación. Sabemos que cualquier error lo pagamos con nuestra salud o lo que es peor, con la de quienes más queremos, nuestra familia.

Me contagié de COVID19 trabajando.

Como trabajadora de salud repudio los dichos del director de salud de Coronel Rosales y del director del Hospital Eva Perón de Punta Alta!!!!!
Mis compañeros y yo no nos relajamos nunca, es un golpe bajo culparnos del brote que sabíamos que en cualquier momento iba a llegar a nuestra ciudad y así fue.
Nos protegíamos siempre, con los materiales que nos proporcionaba el hospital, en mi caso, luego de hacer un pedido por escrito y hacerlo firmar por el administrador del hospital y luego llevarlo hasta la farmacia. Sí, debíamos justificar y autorizar todo, no era suficiente el hecho de que necesitabamos el equipo de protección para no contagiarnos.
A veces, nos entregaban barbijos, camisolines y botas que la gente con mucho cariño donó. Éste material, al ser de cofección casera, no cumple las normas establecidas para protección. Las buenas personas que las donan no saben esto y lo hacen con toda su buena voluntad. Pero las autoridades del hospital sí lo saben y nos daban ese material igual. Personalmente varias veces fui a cambiar mi equipo casero por el que corresponde.
Cansados, terminabamos comprando nuestro propio equipo con dinero de nuestro bolsillo.

Todos tenemos un límite.

Acá estoy, gozando de esta enfermedad de mierda, ganada gracias a » mi relajación»
Stella Castillo»