El pasado 13 y 14 de febrero se cumplieron quinientos años del descubrimiento de la bahía Blanca por la expedición de Magallanes y su paso por lo que hoy es Coronel Rosales. Desde el Archivo Histórico compartieron con nosotros la nota de su página:
13 y 14 de febrero de 1520: se descubrió y exploró la bahía Blanca.
Cinco siglos hace que los europeos avistaron y recorrieron por primera vez la bahía Blanca[1] en el marco de los llamados viajes de descubrimientos. En esta época, que abarca los siglos XV y XVI, las potencias del Viejo Mundo se lanzaron a navegar mares inexplorados con el fin de acceder a recursos existentes en Asia oriental: oro, marfil, incienso y, sobre todo, las especias (pimienta, clavo de olor, canela) que servían no solamente para dar sabor a los alimentos, sino también para conservar las carnes y como ingredientes en medicamentos.
Mientras Portugal descubrió e hizo suya la ruta hacia el oriente bordeando el continente africano, España probó el camino más riesgoso: navegar hacia el oeste, atravesar el océano y llegar a las tierras de China e India. Naves españolas al mando de Cristóbal Colón llegaron, el 12 de octubre de 1492 a una tierra desconocida que pensaron era Asia. Durante algunos años, los españoles buscaron, sin éxito, las abundantes riquezas orientales. Hasta que, hacia 1500, se dieron cuenta que estas tierras eran en realidad, un continente que se interponía entre Europa y Asia: América.
A partir de entonces, y vista la relativa pobreza americana en cuanto a metales preciosos[2] y la inexistencia de especias, se decidió buscar un paso que posibilitara la navegación oceánica entre Europa y Asia, dejando de lado al nuevo continente.
De este modo, se enviaron varias expediciones con la esperanza de hallarlo. Una de ellas fue la que zarpó desde San Lucar de Barrameda, el 20 de septiembre de 1519. Al mando del portugués al servicio de España Hernando de Magallanes, las cinco naves tenían por misión hallar el paso y comprobar la posibilidad de circunnavegar el planeta.
Luego de atravesar el Atlántico y tocar América a la altura de Brasil, se dirigieron al sur bordeando la costa, metiéndose en cuanta bahía, golfo o ensenada hallaran, con la esperanza de que sea el anhelado pasaje.
El lunes 13 de febrero de 1520 entraron a un espacio que se dirigía hacia el oeste, surcado de islas y bajíos. Magallanes envió a una de sus barcos, la nao Victoria, al mando de Luis de Mendoza, explorar esa entrada. Así lo anotó Magallanes en su Diario de a bordo:
“El 13 dio la vela en vuelta al N. estando en frente de los bajos donde la Victoria dio muchas tocadas; fondeó en 7 brazas y estuvo allí hasta el día 14, en que observó la latitud 39ª 11’ S”[3].
Se cree que fue en los bajos de de Zuraita donde la nave tocó fondo[4].
Francisco de Albo, contramaestre de la expedición, anotó en su informe llamado “Diario o derrotero del viage de Magallanes desde el cabo de San Agustín en el Brasil, hasta el regreso à España de la nao Victoria”:
“Domingo 12 del dicho (mes=febrero) tomamos el sol del día pasado al mediodía empezamos à andar al sudueste (…) y y después que surgimos vimos tierra y hicímonos a la vela la vuelta del Norte, y esto fue à los 13 del dicho, y à la mañana en derecho de los bajos donde la victoria dio muchas culadas. Item: el mismo día estuvimos surtos , y no tomamos altura del sol, y estábamos en ondo 7 brazas y allí estuvieron hasta los 14, y el dicho día tomé el sol en 60 grados y medio, y tenía de declinación 9 grados 41 minutos, y vino à ser nuestra altura 39 grados 11 minutos.”[5]
La bahía fue denominada “Bajos Anegados “ , “Bajos de las Corrientes” o “Baxos de las arenas blancas”, como la llamó Mendoza.
La expedición continuaría hacia el sur donde, en noviembre de 1520 descubre el estrecho que conecta los océanos Atlántico y Pacífico. Solamente la nao Victoria, al mando de Juan Sebastián El Cano, pudo llegar de regreso a España, el 6 de septiembre de 1522.
Lo que queda de este descubrimiento del 13 y 14 de febrero de 1520 es un topónimo: la isla Trinidad, que hoy forma parte el partido de Coronel Rosales, que adquirió el nombre en honor de la nave capitana de Magallanes[6]. Y la primera representación cartográfica de la bahía, con el nombre de “Baxos de las arenas blancas”, apareció en el croquis que le cronista a bordo de la expedición, Antonio Pigafetta, realizó a poco de llegar a España en 1522.
A partir de ese momento, fueron muchos los navegantes que tocaron, avistaron y reconocieron la bahía hasta que, en el siglo XIX, comienzan los primeros intentos para establecer en ella ciudades puertos que aprovecharan sus ventajas de fondeadero seguro para naves de todo tipo.
El viaje de Magallanes –El Cano, hito para la Humanidad al ser el primero que cincunnavegó la tierra, también dejó su huella en lo que hoy es el Partido de Coronel Rosales, al pasar por las costas e islas rosaleñas, a las que reconoció y puso nombre.
Por Lic. Gustavo Chalier.
Bibliografía;
Cinti, Silvana: Las islas de la bahía Blanca. Los forjadores de su historia, Bahía Blanca, Vacasagrada ediciones, 2017.
Molinari, José Luis: Las expediciones marítimas a la Patagonia y al Estrecho de Magallanes durante el siglo XVI. Descubrimiento de la Bahía Blanca , Bahía Blanca, Junta de Estudios históricos, 1967.
Pugliafito, César: La Bahía Épica. Historia de la bahía Blanca desde los orígenes hasta el fin del período rosista, Bahía blanca, La Nueva Provincia, 2010.
Citas:
[1] La “bahía Blanca” se refiere al accidente costero y se usa con preferencia para distinguirlo de la ciudad de Bahía Blanca.
[2] Aún no se habían descubierto los ricos imperios Azteca (1519) e Inca (1532), que dadas las lentas comunicaciones de la época, se conocieron tiempo después en España.
[3] Citado por Molinari, José Luis: Las expediciones marítimas a la Patagonia y al Estrecho de Magallanes durante el siglo XVI. Descubrimiento de la Bahía Blanca , Bahía Blanca, Junta de Estudios históricos, 1967, p. 45. En realidad, la bahía se halla a los 38ª 43’ 09”” de latitud S. El error se debe al instrumental de la época.
[4] Cfr. Pugliafito, César: La Bahía Épica. Historia de la bahía Blanca desde los orígenes hasta el fin del período rosista, Bahía blanca, La Nueva Provincia, 2010, p. 18.
[5] Cit. por Molinari, p. 48.
[6] Cfr. Cinti, Silvana: Las islas de la bahía Blanca. Los forjadores de su historia, Bahía Blanca, Vacasagrada ediciones, 2017.
Archivo Histórico Municipal de Punta Alta