“Literal y metafóricamente, todo está más a mano por el celular o la computadora. Si bien la apuesta online fue legalizada en 2020, mucho tiempo antes la gente lo hacía a través de páginas extranjeras, de modo que la ley visibilizó algo que ya existía”, alertó Débora Blanca, especialista en ludopatía y adicciones, en comunicación con Radio Universidad de La Matanza.
En este contexto, Blanca indicó que, a través de la publicidad, se permiten y propician aún más las apuestas: “Si los chicos ven un partido de fútbol en el que se interrumpe el relato para pasar una publicidad que los empuja a apostar, una gran porción de ellos puede pensar que va a ganar dinero de esta manera. Por eso, debemos ser cautelosos y pensar en las responsabilidades que la publicidad conlleva”.
De esta manera, muchos jóvenes comienzan apostando en el ámbito deportivo, pero la adicción puede continuar con temáticas más generales. “Van a llegar a un punto en el que enloquecen: empiezan a perder, tener deudas, pedir plata o, directamente, le sacan la tarjeta de crédito a sus padres. También hay que destacar que hay un terreno resbaladizo previo, donde lo digital es tan natural para los chicos que a sus familias les cuesta mucho detectar la situación, porque pueden estar apostando con su celular desde cualquier lado”, planteó.
El ludópata ignora su enfermedad
Según Blanca, no suele ser el adicto el primero en pedir ayuda, sino sus familiares: el ludópata “no siente que tiene una enfermedad” y piensa que “puede controlar” su situación. “Si bien la voluntad es muy importante, no es suficiente cuando hay una adicción. Estas personas necesitan un tratamiento terapéutico, y por eso es importante hablar del tema con los jóvenes, porque la adicción a las apuestas deportivas en línea irá creciendo cada vez más como patología”, aseguró.
Poner los límites
Por último, la especialista remarcó que el Estado “tendría que poner límites al respecto”, ya sea en las publicidades o en los relatos. “Como las apuestas en línea ya son legales, las responsabilidades están repartidas, desde la del propio sujeto y su familia hasta el Estado, que tiene que arbitrar los medios necesarios para poner límites. Lo cierto es que la adicción al juego es muy parecida a cualquier otra y, si es detectada a tiempo, más fácil será para la persona salir de esta patología”, aclaró.
Fuente: InfoGEI