Hilario Ascasubi es, además de un poeta gauchesco del siglo XIX, el nombre de una localidad de unos 5 mil habitantes en el partido de Villarino, que sufre de una superpoblación inédita.
Los loros barranqueros no dejan hablar por teléfono a cierta hora sin tener un cantar molesto. Eso sumado al excremento por las calles que obligan al constante limpieza.
También esta superpoblación afecta a la producción agropecuaria y a la red de tendido eléctrico e internet por la cantidad de aves en los cables a los que hacen colapsar.
Se tuvo que iniciar una campaña de “espanto”: la misma es simple, hacer todo lo que puede ahuyentar a los loros. Los vecinos debían salir a hacer ruido golpeando las columnas de alumbrado público, los párrocos a determinadas horas hacían sonar las campanas de las capillas. Otra medida fue la instalación de luces láser. Pero nada funciona de forma totalmente efectiva.
Inclusive este fin de semana convocaron a una marcha contra los loros para visibilizar el problema y que las autoridades tomen cartas en el asunto.
Aún más grave pero sin llegar a una emergencia pública, es que hubo dos casos de psitacosis, uno de ellos mortal, registrados en el pueblo. Es una enfermedad causada por una bacteria llamada Chlamydia psittaci y se contagia por la inhalación de polvo de material fecal seco de jaulas de las aves y por la manipulación de aves.
Fuente: CaféXMedio