Según expertos, la zona núcleo del país, donde se encuentra la provincia de Buenos Aires, padece la segunda sequía más importante de los últimos 60 años. Suceso que implica la menor disponibilidad hídrica desde que existen los registros. De hecho, en los últimos días, se ha registrado una considerable disminución en los reservorios de agua y cursos naturales, que ha impactado negativamente en algunas etapas de producción que dependen de esas fuentes de agua superficial.
Asimismo, las elevadas temperaturas propias del verano incrementan el consumo de agua profundizando la crisis, en este caso, por una demanda elevada.
Esta suma de escasez y alto consumo se replica en las 94 localidades en las que ABSA presta servicio a lo largo y ancho de todo el territorio provincial. Sin embargo, hay comportamientos que pueden disminuir el impacto negativo que las condiciones naturales imponen sobre este escenario descripto, naturalmente hostil en materia hídrica. La toma de conciencia de todos y todas, y migrar hacia una nueva cultura del agua es la primera medida.
Para eso, es necesario restringir los usos no prioritarios. Evitar consumos recreativos del agua, el llenado de piletas con agua de red, el lavado de autos, así como postergar el riego de veredas y espacios verdes en el transcurso del día, entre otros. De esta manera, será posible migrar hacia hábitos de consumo con la prioridad centrada en la hidratación y quehaceres domésticos esenciales , permitiendo optimizar la disponibilidad de agua a la totalidad de los usuarios.
Impacto de la sequía en la producción de agua
El inconveniente principal del servicio radica en el impacto que la extensa sequía produce sobre los acuíferos que resultan ser la principal fuente de captación de agua en zonas que hoy atraviesan dificultades en la producción.
La sostenida disminución del volumen de precipitaciones de los últimos dos años, ha resentido la recarga natural del Acuífero Puelche, manto de agua del que se extrae el líquido elemento en las zonas de la Provincia que se proveen de agua subterránea.
Por esta situación particular, desde ABSA se trabaja en la adaptación de las perforaciones que permitan lograr rendimientos sostenidos en la extracción de agua. Algunas de estas acciones son el reemplazo de equipos, la profundización de las perforaciones y el recambio de las cañerías que componen las posiciones. Sin embargo, estos trabajos no resultan posibles en todos los pozos que atraviesan esta coyuntura.