Con escasos navíos, menor poder de fuego y menos hombres, logró hacer capitular la plaza realista dejando cubiertas las espaldas de Buenos Aires para que los ejércitos de las Provincias Unidas del Río de la Plata iniciaran su gloriosa Campaña de los Andes. Sin este logro de Brown, padre de la Patria en el mar, el cruce de los Andes quizás no hubiera sucedido; tal fue su relevancia, que el propio General José de San Martín, preparando su Ejército en Cuyo, escribió sobre esa victoria como «lo más importante hecho por la Revolución americana hasta el momento».
Apenas unos años antes, la Armada Argentina había tenido su bautismo de fuego en esas mismas aguas, pero no había logrado doblegar a la Flota de la Real Armada Española. Sin embargo, el intento valió para reafirmar que ése era el camino: sin ganar el Plata y la fortaleza en la Banda Oriental, no sería posible consolidar la libertad e independencia para América.
Las Provincias Unidas se volcaron entonces a sitiar por tierra Montevideo, pero su rendición no sucedería si no ganaban el río. No sólo porque por esa vía se reabastecían, sino porque también representaba una amenaza permanente de arribo de refuerzos.
Los estudios históricos contemporáneos coinciden unánimemente en que la victoria en el Combate Naval de Montevideo fue determinante. Un hecho cuya importancia estratégica se erigió como un paso decisivo en la campaña libertadora posterior y todo lo que de ella se obtuvo.
Algunas décadas después, cuando se cumplían 150 años de la Revolución de Mayo, mediante el Decreto N° 5.304 del 12 de mayo de 1960, se instituyó el 17 de mayo como el Día de la Armada Argentina. Desde entonces, en esta fecha se reconoce en la figura del Almirante Brown la incansable labor de los hombres y mujeres de la Institución en su dedicado servicio a la Patria.
La Armada del presente y el futuro
Después de 210 años desde aquella epopeya naval, hoy la Armada Argentina continúa navegando la estela trazada por el gran Almirante Guillermo Brown, con la mirada puesta en el futuro.
Desde sus orígenes, custodia los intereses de los argentinos en el mar y contribuye a la defensa nacional junto al Ejército y la Fuerza Aérea Argentina, dependientes del Ministerio de Defensa a través del Estado Mayor Conjunto.
Su misión principal es alistar, adiestrar y sostener los medios del poder naval de la Nación, a fin de garantizar su eficaz y eficiente empleo en el marco del accionar conjunto. Por eso, mantiene su presencia en miles de kilómetros de litoral marítimo y fluvial a lo largo del territorio nacional, desplegando buques de guerra en el Mar Argentino, en los grandes ríos de nuestra hidrovía, en los canales australes, en la Antártida Argentina y en los océanos del mundo a través de la fragata ARA “Libertad”, nuestra Embajadora de los Mares, y Unidades de la Flota de Mar que participan de ejercicios y operaciones internacionales.
Constituye su norte permanente el desafío de garantizar el patrullado de nuestras aguas, protegiendo sus recursos en los espacios de interés y garantizando la seguridad de la vida humana en el mar. En tal sentido, y en el marco de sus competencias en cumplimiento de su misión como integrante del instrumento militar de la Nación, la Armada realiza en forma permanente la vigilancia y control de los vastos espacios marítimos argentinos en el Atlántico Sur, y la custodia de las cuantiosas riquezas que contienen. Buques y aeronaves, conjuntamente con Unidades de la Prefectura Naval Argentina, custodian el mar territorial en defensa de los intereses nacionales.
Para estos fines, la Armada apoya sus alcances y operaciones sobre cuatro pilares fundamentales que sostienen su poderío: la Flota de Mar, la Infantería de Marina, la Aviación Naval y la Fuerza de Submarinos. Estos cuatro componentes operan integrados bajo responsabilidad del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, y tienen su más valioso capital en los hombres y mujeres, militares y civiles, que conforman sus filas.
Como Fuerza Armada de la Nación, cumple también objetivos secundarios efectuando tareas marítimas y fluviales de seguridad náutica; operaciones de búsqueda y salvamento marítimos, y Misiones de Paz enmarcadas en operaciones de Naciones Unidas, contribuyendo como Cascos Azules.
Entre sus tareas subsidiarias principales, la Armada (como componente naval del Comando Conjunto Antártico), es determinante en el trabajo logístico que permite la actividad científica y soberana en la Antártida Argentina, con una presencia ininterrumpida de 120 años. El rompehielos ARA “Almirante Irízar” se ha conformado en una referencia de las operaciones antárticas, tanto para nuestro país como para la comunidad internacional.
Entre sus muchas otras actividades suplementarias, la Institución brinda asistencia humanitaria y apoyo a la comunidad en casos de desastres naturales como inundaciones o terremotos, participa en el desarrollo de medidas de cooperación militar, y otras enmarcadas regionalmente para la prevención de situaciones de conflicto, entre varias competencias asignadas por el Estado.
Transcurridos ya más de dos siglos desde su origen, la Armada es una parte inescindible de la historia del país y también de su presente y su futuro. La herencia del Gran Almirante es ejemplo e inspiración para cada miembro de la Institución, obligándolos a mirar el mar y los ríos nacionales como espacios valiosos que debemos conocer, desarrollar y defender.
La esencia de la Armada Argentina se halla en su capital humano, formado por hombres y mujeres con profunda vocación de servicio y un arraigado espíritu democrático. Es en la virtud, compromiso y cohesión, donde sus integrantes hallan la voluntad y las energías que les permiten afrontar los esfuerzos y desafíos, cada vez más complejos, que entraña el cumplimiento de nuestra misión: velar por los intereses de los argentinos en el mar.
Fuente: Gaceta Marinera