La cifra estimada por Pro Tejer supera los 7.735 despidos reportados por el SIPA hasta junio (la cifra de despedidos se completaría con trabajadores informales). La situación es aún más preocupante dado que la industria textil enfrenta varios desafíos, siendo el principal la caída del consumo.
Pro Tejer también advirtió sobre la creencia errónea de que la apertura de importaciones reduce los precios, afirmando que, en realidad, ha provocado una reducción de la demanda, lo que lleva a una menor producción, un aumento en los costos unitarios y, por tanto, una menor rentabilidad, especialmente afectando a las pymes y el empleo.
Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, explicó que la ropa es un bien prescindible en tiempos de crisis, mientras que los alimentos son una necesidad. La fundación también señaló que la tendencia negativa se ha profundizado en 2024, obligando al sector a reducir precios y aumentar sus pérdidas.
La competencia entre la industria local y los productos importados continúa siendo un tema delicado, con un aumento en la importación de componentes textiles.
Condiciones de competencia justas
Jorge Sorabilla, secretario de la fundación, afirmó que el sector necesita condiciones de competencia justas y reformas estructurales que se prometieron pero no se han implementado debido a la falta de presupuesto.
Volatilidad del tipo de cambio
Además, la volatilidad del tipo de cambio sigue afectando negativamente las ventas. Pro Tejer expresó su preocupación por el futuro de la industria textil nacional, que cada vez fabrica menos productos localmente, y advirtió que la dependencia de las importaciones no siempre beneficia al consumidor, pero sí impacta severamente el empleo y la producción en el país.
Fuente: InfoGEI