Adriana, la protagonista en este nuevo hecho, contó que el lunes dejó su auto estacionado en Zelarrayán al 800 y fue víctima de los malvivientes.
“Llevamos a mi nieta al colegio Claret, dejamos el auto ahí unos 20 minutos. A las cinco cuadras me di cuenta de que me faltaban dos mochilas, y no habíamos dejado el auto abierto, ni estaba violentado”, explicó la damnificada en diálogo con el móvil de LA BRÚJULA 24.
“Al ir a hacer la denuncia me dijeron que son muy comunes estos robos, que los hacen con un inhibidor de cierre centralizado. Está bueno que la gente sepa esto, hay que verificar bien que las puertas estén cerradas”, alertó.
“Se llevaron dos mochilas, la de mi marido, que no tenía nada más que el candado de la bicicleta, y la mía donde desgraciadamente tenía todos los documentos y dinero”, precisó Adriana.
Fuente: La Brújula 24