De acuerdo al relevamiento, el presupuesto educativo provincial nunca fue menor al 30% del cálculo de gastos y recursos totales. En 2004 fue de 31,2% y llegó a un techo del 38,4% en 2008. Los fondos mostraron algunos vaivenes hasta que en 2015 comenzó una tendencia a la baja.
En 2019 llegó a un piso del 30,6% y desde entonces tuvo una leve mejoría: 31,1% en 2020 y 30,8% en 2021 (el último año de la medición).
Esos porcentajes ubican a la provincia de Buenos Aires como una de las jurisdicciones que mayor proporción de su presupuesto a educación. Como muestra el gráfico, en 2021, fue de 30,8% y el de Salta (la segunda del ranking) fue de 28,8%.
En el otro extremo de la tabla se ubicaron la Ciudad de Buenos Aires, con el 16,7% de su presupuesto total destinado a educación y Santa Cruz con el 17,6%.
¿A donde va esa plata?
Gran parte de los fondos que destinó la Provincia a educación fueron a un mismo objeto: el personal. Tomando como referencia el año 2021, cuando el Estado bonaerense destino algo más de $900 millones al área, $82 de cada $100 fueron destinados a recursos humanos. En segundo lugar aparecen las transferencias al sector privado de la educación.
En tercer lugar (con $3 de cada $100) se ubicó el gasto en bienes y servicios y último, con el 1%, las erogaciones en bienes de capital. Uno de los investigadores que realizó el informe, Jorge Lo Cascio, advirtió que «es muy notoria la baja proporción de gasto destinada a la inversión en infraestructura». «La mayor erogación, por lejos, es el salario docente, seguido en la mayoría de las provincias por las transferencias al sector privado (subsidios a las escuelas de gestión privada)», sumó.
Esta distribución del gasto se repite en todas las jurisdicciones, pero con diferencias. Chubut es la que más destina a personal (91% de su presupuesto) y San Luis es la que menos (66%). La administración puntana, a su vez, es una de los que más gasta en transferencias al sector privado con el 20% de su presupuesto.
Lo Cascio se mostró preocupado por esta distribución de los recursos. «Se gasta más en subsidiar a las escuelas de gestión privada que en bienes de capital de las escuelas públicas, lo cual es posible que afecte la calidad de la prestación del servicio educativo por deficiencias edilicias o falta de equipamiento», explicó el economista y magíster en Educación.
Fuente: InfoCielo