El reconocido pediatra y gastroenterólogo, Eduardo Cueto Rúa, advirtió en LA BRÚJULA 24 sobre los peligros que significa la alimentación en los cumpleaños de los niños: «Con la comida de los cumpleaños infantiles estamos matando a nuestros hijos», reflexionó.
«Parecía imposible dejar de fumar y se logró. Hay que crear el clima, el ambiente y generar una campaña. Las cosas no ocurren de un día para el otro. Cuando la gente quiera darse cuenta, van a existir madres que entenderán que esta porquería no la compro», destacó Cueto Rúa, en su charla con el periodista Germán Sasso.
Y agregó: «Uno no asocia la muerte de un paciente a los 40 años con los hábitos de cuando esa persona tenía cuatro o cinco años. En el Hospital de Niños de La Plata tenemos gran cantidad de chicos con hígado graso. La alimentación que se cree saludable termina siendo una trampa mortal. La gaseosa y papitas fritas explican en gran parte el 40% de los chicos con sobrepeso».
«Un festejo de cumpleaños fácil tiene que ver con esas costumbres que nos destruyen. Porque con lo salado y lo seco, por ejemplo los chizitos, se aseguran celebrar con 30 niños que se van a alimentar de un modo no saludable», enfatizó el profesional en otro segmento de la entrevista radial.
Y también le dedicó un párrafo aparte a la bebida: «Días atrás, un padre me decía que el agua es para bañarse y que por eso le daba gaseosa a su hijo. A ese hombre le dije que es un criminal. Si regás un malvón durante 15 días con agua y otro con gaseosa te vas a dar cuenta del resultado».
«Hoy se está condenando a los chicos a la obesidad. En México el panorama es aún peor; al mes de vida se le da Coca Cola con goterito, a los once meses se les suministra con mamadera y a los once años tienen pie de diabético. Y la gaseosa hasta ha ingresado a los rituales religiosos», diferenció respecto a lo que ocurre en Argentina.
En esa misma dirección, Cueto Rúa sentenció: «Todos los animales de la tierra toman agua. El único que necesita saborizarla es el ser humano. Ni las mascotas se nutren de esas bebidas, sean jugos o aguas saborizadas».
«Yo estuve dispuesto a que mis hijos nunca iban a tomar Coca Cola, más allá de que lloren o puedan patalear. Ese mensaje les entró porque hoy son triatletas sanos», cerró.
Yogurt, carne, queso y salchichas
«El yogurt es un engaño. Si la leche de vaca es tan buena como uno cree, por qué no es Premio Nobel. Es todo un negocio. Nos han convencido que con la leche se pasa de grado y con el yogurth se es abanderado. Lo propio ocurre con el pan lactal».
«Uno se puede alimentar con carne o queso, 40 gramos de cada uno. En un restaurante se sirve un bife de chorizo de 600 gramos que alcanzaría para 15 personas».
«En un cumpleaños para chicos los hago jugar y les doy frutas peladas y frescas. Hoy la madre, cuando ve que le sobran paquetes de salchichas y se acerca el final de la fiesta, se las da a los niños para que, horas más tarde, nuestros hijos las terminen vomitando».
Fuente: La Brújula