Fernando Benítez, principal acusado, recibió una pena de 48 años de prisión. Su hermano Gonzalo y su mamá Nélida Llanos, en tanto, fueron condenados a 13 años, aunque no irán a la cárcel hasta que no quede firme la sentencia.
El Tribunal en lo Criminal N°1, compuesto por los jueces Ricardo Gutiérrez, Hugo Adrián De Rosa y Claudia Fortunatti, aplicó penas ejemplares para los tres integrantes del siniestro «Clan Benítez».
Fernando Benítez, el principal acusado, fue sentenciado a 48 años de cárcel, mientras que su hermano Gonzalo y su mamá Nélida Llanos, a 13. Estos últimos no serán detenidos hasta que la condena esté firme.
Se trata de la macabra familia imputada por el calvario que vivieron al menos dos mujeres en el interior de una vivienda ubicada en Güemes al 3700, donde todos ellos residían.
Cabe recordar que en la jornada de alegatos, la fiscal Marina Lara había solicitado 50 años para Fernando, al considerarlo responsable de privación ilegal de la libertad agravada por amenazas, abuso sexual con acceso carnal reiterado y tentativa de homicidio en el marco de violencia de género.
Para los otros dos involucrados, en tanto, el pedido era de 11 años y medio, por considerarlos «partícipes necesarios» de los graves delitos ocurridos en el mencionado inmueble.
El relato del horror
Aldana García, una de las víctimas de Fernando Benítez y su familia, relató ante el tribunal los tormentos a los que fue sometida en ese lugar.
«(Fernando) Me pegaba todos los días y después me violaba. Me agarraba del cuello para que me quedara quieta. Me violaba con un destornillador y me introducía el palo de la policía y el palo de la escoba», había revelado la joven durante la instrucción.
Además de contar que fue sometida vía oral, vaginal y anal, mencionó que el primer detenido era muy obsesivo con los celos, que no la dejaba salir sola a ningún lado, ni hablar por teléfono, ni tener redes sociales.
La otra de las damnificadas que brindó su testimonio fue Andrea Santa Cruz, quien también se refirió a los daños que le provocó el imputado, los abusos y las lesiones que conserva de aquellos días.
«Me agarraba de los pelos y me hacía practicarle sexo oral de esa manera. Además presencié cuando tenía relaciones con la otra chica. Nélida y Gonzalo también estaban en la casa, pero no participaban», comentó.
Por último se refirió a las lesiones que le provocaron los perros de Benítez, quienes le dejaron profundas cicatrices en sus piernas.
Fuente: La Brújula