La tienda fue testigo de innumerables historias de la comunidad local, y hoy pone a la venta sus últimas piezas, todas ellas fabricadas a mano. En una emotiva entrevista con el diario El Orden, Omar Riat, con sus 92 años, recuerda cómo él y su hermano comenzaron este emprendimiento que ha dejado una huella en la ciudad.
Omar detalla cómo la mueblería no solo abasteció a Coronel Pringles, sino también a localidades cercanas como Bahía Blanca, Suárez, La Madrid y Laprida. “Al principio, mi hermano y yo hacíamos todo solos”, relata. Con el paso del tiempo, adquirieron maquinaria especializada como una sierra sinfín, una cepilladora y un torno copiador. Además, la tienda aún conserva gran cantidad de madera acumulada a lo largo de los años debido a la inestabilidad económica de Argentina. Pese a los desafíos, siempre se mantuvieron enfocados en ofrecer productos de calidad, cuidando cada detalle y asegurándose de que sus clientes quedaran satisfechos.
La familia Riat tiene una larga historia en la ciudad, que se remonta a la llegada de sus ancestros desde Suiza en 1860. Los primeros en establecerse fueron Francisco, Javier y Santiago Riat, quienes se instalaron en Buenos Aires antes de mudarse a la zona de Coronel Pringles. Omar y Luis, herederos de esa tradición, comenzaron en la carpintería Jaitín durante la década de 1940, y en 1952 fundaron su propia empresa. A lo largo de los años, realizaron importantes trabajos como la carpintería de la Iglesia Santa Rosa de Lima y la sede del Club Alem.
Con un tono nostálgico, Omar expresa lo que significa para él el cierre de la mueblería. “Es empezar a desaparecer de a poco”, dice con emoción, mientras invita a quienes deseen adquirir una de las últimas piezas a visitar la tienda. El legado de la Mueblería Riat es un testimonio de esfuerzo, dedicación y amor por el oficio, y su cierre marca el fin de una era para Coronel Pringles.
Fuente: El Orden