La actividad metalúrgica volvió a encender las alarmas. El último informe de ADIMRA confirma que el sector atraviesa uno de sus peores momentos de los últimos años: en octubre registró una caída interanual del 4,6%, con un rebote mensual mínimo que no alcanza para revertir el deterioro acumulado. La industria metalúrgica ya perdió todo lo que había recuperado desde mediados de 2024 y hoy opera 17,7% por debajo de los niveles de mediados de 2023.
La foto de octubre muestra un ecosistema fabril débil, presionado por un mercado interno retraído, subsectores en retroceso y un desplome en la utilización de la capacidad instalada, que se ubica en 44,3%, uno de los valores más bajos en términos históricos y comparable a los meses más duros de la pandemia.
Sectores en caída y una actividad sin rebote
Los sectores que habían motorizado la recuperación durante el primer semestre también comenzaron a desacelerar. Maquinaria Agrícola mostró un nuevo retroceso (-0,8%) y Carrocerías y Remolques, si bien sostuvo un leve avance (2,6%), continúa muy por debajo de sus máximos recientes.
Del otro lado del tablero, la contracción es profunda. Fundición cayó 12,7%, seguida de Bienes de Capital (-3,9%) y Autopartes (-2,5%). También retrocedieron Equipos Eléctricos (-8,6%), Equipamiento Médico (-3,7%) y Otros Productos de Metal (-2,8%). La conclusión del informe es directa: no hay señales de un cambio de tendencia en el corto plazo.
A nivel provincial, la caída es casi generalizada. Solo Entre Ríos mostró una variación levemente positiva. Buenos Aires volvió a exhibir la mayor contracción (-7,7%), seguida por Mendoza (-4,4%) y Córdoba (-3,7%). Santa Fe también quedó en terreno negativo.
Importaciones en alza, empleo en baja y un llamado de atención
El presidente de ADIMRA, Elio Del Re, sintetizó el clima del sector: “La industria metalúrgica atraviesa un momento muy complejo, con niveles de actividad excepcionalmente bajos, similares a los de un año pésimo como 2024, y con importaciones que crecieron alrededor del 70% interanual”. Y remarcó: “Necesitamos una política industrial seria. Detrás de cada producto hay empleo, consumo local y desarrollo en nuestras comunidades”.
Los empresarios no esperan una mejora en el horizonte cercano: el 67,4% considera que su producción se mantendrá igual o disminuirá, mientras que el 83,3% no prevé aumentar su plantel de personal e incluso anticipa posibles recortes.
A esto se suma el frente externo: las importaciones metalúrgicas crecieron 18,7% en dólares y 42,6% en toneladas. Las exportaciones, en cambio, retrocedieron 5,7%. El empleo también muestra números negativos, con una caída interanual de 2,9%.
El resultado es un cuadro nítido: un sector estratégico, altamente generador de empleo, en estado crítico y sin indicios de recuperación a la vista.
Fuente: InfoCielo
