Los nuevos valores también alcanzan a otros beneficios. La jubilación máxima quedará en $2.155.162,17, mientras que la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM) se ubicará en $256.221,74, a lo que se sumará el bono de $70.000, alcanzando $326.221,74. En el caso de las Pensiones No Contributivas (PNC) por invalidez o vejez, el haber será de $224.194,02, más el mismo refuerzo extraordinario, totalizando $294.194,02.
El bono previsional se acredita de manera automática junto con el haber mensual y está destinado principalmente a quienes perciben la mínima, la PUAM y las PNC. Para los beneficiarios con haberes superiores al mínimo, el refuerzo se liquida de forma proporcional hasta alcanzar un tope de $390.277,18. Como ocurre cada mes, el calendario de pagos dependerá de la terminación del DNI y se distribuirá a lo largo de septiembre.
Este incremento tiene como objetivo compensar la inflación, pero en la práctica el impacto en el poder adquisitivo es limitado. Aunque el haber base se ajusta de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el bono extraordinario permanece congelado en $70.000 desde marzo de 2024. En consecuencia, el monto final percibido por los jubilados más vulnerables no refleja plenamente la suba del costo de vida.
Para quienes deseen iniciar un trámite jubilatorio, la Anses recuerda que es necesario ingresar al portal Mi Anses con CUIL y Clave de la Seguridad Social, verificar la historia laboral registrada y, en caso de faltantes, presentar documentación respaldatoria como certificaciones de servicios, recibos de sueldo o declaraciones juradas. Además, se debe completar el formulario 6.18 y solicitar un turno en una oficina del organismo, presentando el DNI el día asignado.
De esta manera, señala La Nación, septiembre trae un nuevo ajuste en las jubilaciones y pensiones, aunque con un refuerzo que quedó desfasado frente a la inflación, lo que mantiene en debate la necesidad de actualizar también el bono extraordinario para proteger los ingresos de los adultos mayores.