“Para el 11 de enero, el promedio de casos diarios tomando en cuenta la fecha de diagnóstico rondaba en los 121.000 y fue el pico de esta ola. Para fin de enero, un período en el cual los datos ya pueden considerarse más o menos consolidados por la demora en la carga, el promedio se ubicó en alrededor de 45.500”, afirmó el contador Martín Barrionuevo.
Barrionuevo, quien analiza los datos desde el comienzo de la pandemia, señaló que este descenso se visualiza en cada una de las jurisdicciones: “Hacia fines de enero, en la Provincia y en la Ciudad de Buenos Aires ya había un 56% menos de los casos del pico de estas jurisdicciones, y en Córdoba, un 79% menos”, detalló.
Por su parte, la infectóloga Leda Guzzi sostuvo que “la expectativa es que el descenso se produzca rápidamente y los números están yendo en esa dirección, tanto el número absoluto de casos como el porcentaje de positividad”.
En referencia a cuándo y cuánto descenderán más los casos, Guzzi -quien es integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI)- indicó que “es difícil establecer tiempos precisos porque esto sería hacer futurología; no obstante se estima que podremos tener un comienzo del ciclo escolar más tranquilo y ahí habrá que ver cómo se comporta la curva epidémica luego del inicio de clases”.
La infectóloga explicó que el inicio del ciclo lectivo “es un desafío, no tanto por lo que sucede dentro del fuero escolar ya que en mayor o menor medida se cumplen los protocolos (utilización del barbijo distanciamiento, ventilación), sino por las actividades sociales que se llevan a cabo alrededor de la escolaridad y en general con un menor cumplimiento de los protocolos, pueden facilitar la transmisión”.
En este contexto, Guzzi enfatizó que “hay que destacar la importancia de que niños, niñas y adolescentes se vacunen antes del inicio del ciclo escolar para poder asegurar una mayor continuidad pedagógica presencial”.
Fuente: Télam