Dos de cada diez hogares del conurbano bonaerense dejaron de ir al médico o de comprar medicamentos debido a la crisis económica, según una encuesta realizada por la Universidad Católica Argentina (UCA) y la Defensoría del Pueblo bonaerense y que fue difundida este martes.
En el relevamiento se compararon las condiciones de la salud en el conurbano bonaerense y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 5.800 casos en los años 2017 y 2018, precisó un comunicado del organismo bonaerense.
“Este informe muestra la desigualdad social que existe principalmente en el conurbano, y que se hace visible en las condiciones generales de salud de las personas y de las comunidades como en el propio sistema que las atiende. Además, habla de un sistema fragmentado e inconexo para atender los estados de salud y enfermedad diferentes para cada estrato social”, sostuvo el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino.
Uno de los datos más destacados es que, de un año a otro, en dos de cada diez hogares se dejó de asistir al médico o dentista debido a problemas económicos, una realidad que se profundizó entre los que se encuentran bajo condiciones de pobreza, ya que la mitad de quienes pertenecen a este grupo dejaron de atenderse por los mismos motivos.
La misma tendencia se observó a la hora de analizar el déficit en el acceso a los medicamentos, ya que dos de cada diez hogares debieron dejar de comprarlos debido a los problemas económicos en el último año y en este ítem, también la mitad de los hogares pobres manifestaron dificultades al comparar lo sucedido en 2017 respecto a 2018.
El estudio, a su vez, indagó sobre la falta de consulta médica anual durante 2017 y 2018, un fenómeno que se registró en el 28,7% de los encuestados.
De este total, los grupos que en su mayoría no accedieron al sistema de salud fueron los varones (36,5%) y los jóvenes de 18 a 34 años (38,9%).
En esta línea, la privación del derecho al acceso a la salud se presenta en mayor medida en condiciones de mayor carencia económica y precariedad laboral: el mayor porcentaje se da entre las personas pobres (43,3%) y las personas que pertenecen al estrato trabajador marginal (39,8%).
En tanto, los que residen en el conurbano norte presentan el porcentaje superior de personas que no realizaron una consulta médica en el último año (36,5%).
El informe también analizó cómo se autopercibe el déficit de la salud física y psicológica y, en el caso del primer punto, el porcentaje de quienes observan esta carencia creció de 2017 a 2018, al pasar del 11,4 al 16,5% de los encuestados, siendo los pobres (20,2%), los trabajadores marginales (23,5%) y en el conurbano sur (19,7%), donde más se registró esta tendencia en el último año.
En el caso del malestar psicológico, el aumento entre 2017 y 2018 fue de casi cuatro puntos: pasó del 18,6 al 22,4% y el desagregado para el último año también se repite respecto al caso anterior: donde más se percibió fue entre los pobres (35,6%), los trabajadores marginales (34,5%), y en el conurbano sur (23,2%).
Fuente: Diario Popular