“La decisión del BCRA se toma en consideración del contexto financiero y de liquidez y se fundamenta en el rápido ajuste de expectativas de inflación, en el afianzamiento del ancla fiscal, y en el impacto monetario contractivo derivado de la estacionalidad en los pagos externos del Tesoro del trimestre en curso”, concluyó.
Con la baja de este jueves, la tasa de política monetaria del BCRA quedó en su nivel nominal más bajo desde junio de 2022. Esta tasa es la que utiliza el Banco Central para remunerar los bonos que emite, es decir los Pases pasivos que coloca a los bancos para absorber el excedente de pesos del sistema financiero. Por lo tanto, el recorte de estos rendimientos impacta directamente en la tasa de interés que los bancos ofrecen a sus clientes por sus colocaciones a plazo fijo.
La caída en el interés que paga el Banco Central por su deuda, y que derramará en los plazos fijos y otros instrumentos financieros -como la tasa que remunera por los saldos en las cuentas de billeteras virtuales- quedarán en un terreno negativo frente a la inflación presente, que para mayo se espera de un dígito mensual, pero no aún en 4 por ciento. De todas formas, como señal hacia adelante, el Central marca una expectativa de evolución de los precios para los próximos meses.
Por otra parte, un 50% nominal anual de tasa de referencia alinea un poco más el costo del dinero con el ritmo de actualización que tiene el tipo de cambio oficial, que desde el 13 de diciembre es de 2% mensual. Así, tras acumular durante los primeros tres meses tras la devaluación inicial cierto atraso cambiario en la carrera entre el crawling peg y el IPC, con la compresión de las tasas ese atraso comenzará a ser mucho más lento.
Fuente: Infobae