El brote de la encefalomielitis equina: ¿Un caso ejemplar para el gobierno de Javier Milei?

La gestión libertaria de Javier Milei pretende quitar las regulaciones estatales de todos los lugares que pueda, pero puede haber consecuencias negativas.

El virus de la encefalomielitis equina ya se cobró su primera víctima fatal humana (un trabajador rural de Santa Fe) y sigue avanzando. La enfermedad no generaba preocupación en Argentina desde el brote ocurrido entre 1982 y 1983, pero algo cambió en 2016. Un caso paradigmático para los tiempos que corren de la mano de Javier Milei.

Según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), hasta el 3 de enero había un total de 1.229 brotes positivos de encefalomielitis equina. La mayor cantidad de esos casos (749) fueron detectados en algún distrito de la provincia de Buenos Aires. Hacía 25 años que Argentina no tenía noticias de esta enfermedad que puede afectar a humanos (ya se reportaron 16 casos sospechosos), entonces: ¿Por qué volvió?

“El problema fue que sacaron la vacuna del calendario obligatorio”, le resumió a INFOCIELO un médico veterinario. Efectivamente, en 2016 el SENASA dirigido por Jorge Dillon emitió la Resolución 521 con la que le puso fin a la obligación de vacunar a todos los caballos contra la encefalomielitis equina. En ese momento, la Federación Veterinaria Argentina le envió un documento al organismo sanitario desaconsejando esta medida, pero no fue oída.

“Una vacunación facultativa (optativa) podría llevar a retroceder sanitariamente, para ello debemos evaluar la situación de la región que nos permita tomar acciones en bloques, además por tratarse de una zoonosis (enfermedad que pueden contagiarse los humanos) consideramos no debemos dejar de tener la población susceptible inmunizada”, argumentó la entidad.

La idea de desregular fue más fuerte que la voz de los especialistas y ese retroceso sanitario que habían pronosticado sucedió. El doctor Marcelo Pecoraro, veterinario de la UNLP, explicó que desde 2016 «no se ha vacunado o se ha vacunado en nichos muy pequeños». «No habiendo una prevención desde el 2016, todos los caballos, sobre todo los rurales, que nacieron a partir de ese año están desprotegidos», indicó el especialista.

Llamativamente, la respuesta del SENASA a esta crisis sanitaria fue salir a vacunar masivamente. A principios de diciembre, las autoridades acordaron con laboratorios acelerar la producción del fármaco para dar abasto con la creciente demanda. ¿Será momento de volver a imponer la vacunación obligatoria? ¿O es más fuerte la ola desreguladora y libertaria?

Fuente: InfoCielo