Su principal atractivo es la comodidad: equipadas con puertos USB, permiten cargar celulares o tablets sin necesidad de llevar el cargador encima.
Sin embargo, implican un riesgo grande para los usuarios, según acaba de advertir el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos en un posteo en Twitter: estas estaciones no son seguras ante posibles hackers, que pueden accedan a los dispositivos conectados y, así, a información clave de los usuarios.
La sucursal del FBI en Denver, Colorado (@FBIDenver), publicó textualmente: “Se recomienda no utilizar estaciones de carga gratuitas en aeropuertos, hoteles o centros comerciales. Personajes con malas intenciones desarrollaron formas de usar los puertos USB públicos para introducir malware y software de monitoreo en los dispositivos”.
Esta práctica de robar información de los dispositivos, claro, no es nueva: la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de los Estados Unidos ya definió hace tiempo a esta modalidad como juice jacking (“extracción de jugo”) y destacó dos formas que suelen utilizar los piratas informáticos.
“Los delincuentes suelen dejar cables enchufados en las estaciones de carga gratuitas o incluso darles a ciertas personas cables infectados como regalo promocional”, señaló el FCC.
Fuente: Clarín