El Gobierno ya definió que el 20 de enero convocará a una negociación paritaria a los docentes de todos el país para negociar un incremento salarial aunque ya adelantó al menos dos condiciones concretas: el nuevo acuerdo no contemplará una “cláusula gatillo” de ajuste automático por inflación y no habrá un bono especial como el que se le dio a los trabajadores estatales y privados por decreto.
El presidente Alberto Fernández terminó de definir ayer con el ministro de Educación Nicolás Trotta la decisión del Gobierno de volver a discutir “en una mesa de negociación amplia” las paritarias nacionales.
Según confiaron fuentes calificadas de la Casa Rosada la definición de la fecha de la paritaria para el 20 de enero se empezó a gestar anteayer en una reunión que Trotta y el jefe de Gabinete Santiago Cafiero mantuvieron con los representantes gremiales de la Cetera Roberto Baradel y Eduardo López y con el líder de la CTA Hugo Yasky.
“Hay una muy buena predisposición de los gremios con el gobierno por el esfuerzo que se está haciendo y una comprensión de la situación fiscal dramática que vive la Argentina”, reveló un funcionario de la Casa Rosada que formó parte de las negociaciones preliminares con los gremios docentes.
De esta manera, Fernández busca dejar atrás la política que llevó Mauricio Macri desde principios de 2018, a través del decreto 52/2018, que suspendió la paritaria nacional y estableció una “mesa de convenio marco” que excluía del temario la negociación salarial. El argumento del gobierno anterior era que al no tener escuelas en su órbita, no podía definir el salario que cobran los docentes.
Trotta ya había dicho hace unos días que “con los gobernadores habrá en adelante una construcción colectiva en educación, que apunte no sólo a discutir salarios sino también a diseñar una agenda federal, en común con los ministros de las provincias».
La decisión de Fernández ahora es llamar a una paritaria nacional que tendrá ciertas limitaciones por la misma situación de fragilidad fiscal en que están las cuentas del Estado. En este sentido, se evalúa establecer una suma fija de aumento salarial que podrá ser refrendada porcentualmente pero que tomará como referencia una inflación proyectada del 9% para el primer trimestre y del 6% aproximadamente para el segundo trimestre. De esta manera, se estima que el incremento sería del orden del 15% promedio que, al ser una suma fija, impactará en mayor medida en los salarios más bajos que en los más elevados de la docencia.
Por otra parte, el ministro de Educación y el jefe de Gabinete ya adelantaron a los gremios que el Gobierno no aceptará incluir en la paritaria una “cláusula gatillo” de indexación automática de los salarios en función de la inflación. Esta fue una modalidad que utilizaron durante el macrismo algunos gremios docentes provinciales en función de que no había paritaria nacional. “Los docentes deben entender también que la situación fiscal es muy endeble y que no hay margen para aplicar cláusulas gatillo”, dijo otro funcionario cercano a Trotta.
En este contexto de limitaciones fiscales en el Gobierno propondrán a los gremios docentes que haya una revisión de la paritaria en función de la inflación del INDEC cada 90 o 180 días. Estos plazos no están definidos y formarán parte de las negociaciones.
Tampoco está previsto emitir un decreto como el que se les otorgó a los empleados estatales o a los privados para inyectar en el salario un bono especial de $4.000 a pagar en dos veces de aquí a marzo. Es que tanto Trotta como Cafiero explicaron a Baradel y López que ese monto que se les dio a los estatales y privados se sumará de todas maneras a futuro a la posterior paritaria que negocie cada sector. Pero en el caso de los docentes se partirá de una paritaria general en todo el país por lo que no creen conveniente la aplicación de ese bono.
Como contrapartida de esto, en el Gobierno evalúan un eventual aumento del Fondo de Incentivo Docente que hoy de unos 25.000 millones de pesos anuales. Se estima que de ese fondo van unos $1.400 por docentes. Existen un millón cien mil docentes nacionales pero cada uno de ellos tiene más de un cargo con lo cual hay 1,7 millones de cargos. En el caso de aumentarse el fondo docente ello impactará también en lo que destina el Estado para cada trabajador de la educación.
La pulseada por la paritaria nacional comenzará a regir el lunes 20 de enero y es probable que haya fricciones iniciales. Es que los gremios reclamaban un aumento del 20% y también deslizaron la idea de fijar un bono especial como los estatales y privados.
De todas maneras, Baradel y buena parte de la Cetera avalan la decisión del gobierno de llamar a una paritaria nacional por el salario. «Se recupera el rol del Estado nacional en el sostenimiento de la educación pública, en conjunto con las provincias”, dijo el gremialista docente hace unos días. Esto muestra la buena predisposición que hay en los gremios pese a las restricciones fiscales.
La intención del Gobierno, como dijo el ministro de Educación en un acto hace pocos días, es “buscar la mejor alternativa para que en marzo todos los estudiantes estén en las aulas y todos los profesores dictando clases”. Habrá que ver si este año la discusión paritaria anticipada permite un comienzo de clases normal en todo el país.
Fuente: Infobae