Como parte de la estrategia de política social de lucha contra el hambre que encaró el Gobierno desde diciembre pasado, se acaban de detectar 75.000 casos nuevos de niños de entre 0 y 5 años que no estaban visibilizados hasta ahora y que padecen “desnutrición crónica”.
De todo ese universo registrado, hay unos 20.000 chicos en todo el país que no tienen cobertura de salud o programa alimentario alguno y a cuyos padres el Gobierno otorgará la Asignación Universal por Hijo (AUH) y ampliará el programa de la tarjeta Alimentar.
La tarea de recolección de datos y detección de estos 75.000 nuevos casos de desnutrición infantil se hizo en 8.500 centros de salud de toda la Argentina y fue llevada adelante por un trabajo en conjunto de la Anses que lidera Alejandro Vanoli; Ginés González García, desde el Ministerio de Salud; autoridades del Conicet; el Ministerio de Desarrollo Social a cargo de Daniel Arroyo y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales que encabeza Victoria Tolosa Paz.
La semana que viene el presidente Alberto Fernández presentará un “mapa de prevalencia en la baja talla infantil”, donde aparecerán los datos de cada niño y la georreferencia de los centros de salud u hospitales que atendieron a los 75.000 casos detectados. Se trata de un mapa interactivo que vincula a los centros de atención sanitaria con los barrios vulnerables.
De esta manera, en lo inmediato se pondrá en marcha un operativo para encontrar a cada uno de los padres de estos 75.000 chicos con “desnutrición crónica” para reforzar su cuota alimentaria, asistirlos con agua potable y al mismo tiempo entregar la AUH a 20.000 que no tienen cobertura alguna.
“Esta es parte de la Argentina que no se veía antes por omisión o inacción, pero que ahora hay que atender en la emergencia cuanto antes”, explicó a Infobae uno de los funcionarios que está a cargo de todo el operativo del mapeo de desnutrición infantil nacional.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la “baja talla” de un niño determina el retraso del crecimiento, o talla baja para la edad y se refleja en una estatura inferior a la esperable de acuerdo a su edad. “Se define cuando la talla se aleja en más de 2 desviaciones estándar de la mediana de los patrones de crecimiento infantil”, sostiene el organismo.
Así, en estos 75.000 casos nuevos detectados, el retraso del crecimiento se desencadena por un aumento en la estatura insuficiente o anormalmente lento en un niño menor de 5 años de edad, que se mantiene de forma sostenida en el tiempo. Este proceso, que implica una menor velocidad de crecimiento sostenida, determina una menor altura a la esperable y por eso los especialistas lo denominan comúnmente “desnutrición crónica”.
Entre los 75.000 niños de 0 a 5 años que el Gobierno detectó en situación de “desnutrición crónica” o baja talla se pudo percibir una estatura insuficiente, un desarrollo cognitivo e intelectual incompleto y malformaciones físicas.
Según coincidieron los funcionarios de la Anses, Desarrollo Social, el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales y el Ministerio de Salud los 75.000 chicos registrados con baja talla están concentrados en zonas donde “se expresan las mayores desigualdades socioeconómicas y donde se encuentran los mayores indicadores de vulnerabilidad”. Esto es: parte del conurbano bonaerense, el gran Rosario, Santa Fe, San Lorenzo, Resistencia, el gran Córdoba, provincias del NOA y del NEA y zonas rurales o parajes dispersos con enormes déficits en cuanto al acceso a servicios públicos e infraestructura.
Fuente: Infobae