Los nuevos valores establecidos para los haberes son: la jubilación mínima pasó de $244.320,56 a $252.798,48, mientras que la jubilación máxima aumentó de $1.644.046,07 a $1.701.094,47. Además, la Prestación Básica Universal (PBU) quedó en $115.643,76 y la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) alcanzará los $202.238,78. Las bases imponibles también se ajustaron: la mínima quedó en $85.142,48 y la máxima en $2.767.090,68.
Este aumento beneficia a todos aquellos que perciben jubilaciones y pensiones del sistema contributivo de la ANSES, así como a quienes reciben pensiones no contributivas o asignaciones familiares, incluyendo la Asignación Universal por Hijo (AUH). El ajuste se realiza de acuerdo con la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC), reflejando así la necesidad de mantener el poder adquisitivo de los beneficiarios frente a la inflación.
Por otro lado, el titular de la ANSES, Mariano de los Heros, confirmó que en noviembre se seguirá otorgando el bono extraordinario de $70.000, implementado desde marzo de este año para quienes perciben haberes equivalentes o menores a la jubilación mínima. Aquellos con ingresos superiores recibirán un monto proporcional de este bono, que continuará complementando los haberes más bajos.
De esta manera, un jubilado que cobre la mínima en noviembre recibirá un total de $322.798, incluyendo el bono extraordinario. Para la PUAM, el haber se elevará a $272.238,78, mientras que las pensiones no contributivas por invalidez o vejez alcanzarán los $246.958,94 con el bono incluido. Esta medida busca seguir protegiendo el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados frente a la actual situación económica del país.