La alarma se basa en datos del Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales (GISS), que forma parte de la NASA. Según el informe, el año pasado marcó la temperatura más elevada jamás registrada, superando los valores de referencia en 1,2 grados Celsius. Este calentamiento, atribuido principalmente a la actividad humana, se combina con otros factores como El Niño, aerosoles, contaminación y erupciones volcánicas.
Los científicos resaltan el papel crucial de El Niño en la variabilidad climática, especialmente tras tres eventos consecutivos de La Niña. El cambio a la fase de El Niño en mayo de 2023 coincidió con un aumento global de las temperaturas. Aunque las temperaturas récord de 2023 precedieron al pico de El Niño, se esperan impactos más graves en marzo y abril.
Independientemente de las corrientes oceánicas, el año pasado experimentó la temperatura promedio más alta en la superficie terrestre, desencadenando condiciones extremas como olas de calor y desastres meteorológicos que afectaron a millones. El administrador de la NASA, Bill Nelson, destaca la gravedad de la situación y la necesidad de acciones para reducir riesgos climáticos y fortalecer la resiliencia comunitaria.
La investigación también explora el impacto de la erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en enero de 2022, que arrojó aerosoles a la estratosfera. A pesar de estos eventos de enfriamiento, se subraya que mientras las emisiones de gases de efecto invernadero continúen aumentando, se establecerán nuevos récords de temperatura.
Fuente: La Gaceta