Ya en el cuatro trimestre del año pasado, el PBI había retrocedido un 1,4% interanual, producto del impacto de la devaluación de agosto en los precios y el descenso del consumo.
El primer trimestre marcó una baja de 2,6% respecto del cuarto trimestre de 2023 y acumuló dos trimestres consecutivos de caída, lo que confirma la recesión en términos técnicos.
Las importaciones de bienes y servicios reales se desplomaron un 20,1% interanual, la inversión tuvo un derrumbe del 23,4%, el consumo privado descendió un 6,7% y el consumo público un 5%, mientras las exportaciones de bienes y servicios se incrementaron un 26,1%, alentadas por el salto cambiario en diciembre.
La construcción fue el rubro en donde más cayó la actividad, seguido por la industria, el sector financiero y comercio.
Fuente: Clarín