El salario mínimo, vital y móvil tuvo una pérdida brutal de poder adquisitivo, producto del efecto de la devaluación de la moneda y su impacto en los precios.
De acuerdo a un informe elaborado por CIFRA, vinculado a la CTA, no hubo recuperación para el salario mínimo ya que que en octubre con $271.571 mostró un valor real 28,4% menor que en noviembre de 2023.
Por su parte, si se lo compara con la gestión de Cambiemos el poder de compra del salario mínimo es 39,9% menor que en 2019 y 54% menor que en noviembre de 2015.
“El retroceso histórico es tan grande que el valor real del salario mínimo ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de convertibilidad, cuando esta política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial”, expresó el estudio.
De acuerdo a este informe, el salario mínimo revela una situación “peor al 2001” ya que el salario mínimo vigente de octubre solo alcanza para cubrir el 54,3% de canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y poco más de una cuarta parte de la canasta de pobreza.
“Si no hubiese tenido lugar la pérdida de poder de compra del salario mínimo sucedida desde fines de 2015 a la fecha, en el pasado mes de octubre este salario hubiera sido superior a $590.000 medido en pesos de ese mes y hubiese representado más del 143 sobre la canasta básica alimentaria aludida”, expresó el análisis.
El salario promedio de los trabajadores formales, que mide el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), también registró una fuerte contracción entre noviembre y diciembre del año pasado. Aunque, con la desaceleración de la inflación, sumado a las negociaciones salariales en el marco de los acuerdos paritarios, permitieron, primero, evitar que la caída del poder de compra de los haberes continúe y, luego, que comience un proceso de recuperación.
En el mes de agosto, este índice registró un aumento de 0,8%, y de 0,3% en septiembre. A pesar de ello, a septiembre de 2024 (último dato disponible) el poder de compra de los salarios promedio continuaba siendo inferior en 1,5% al valor de noviembre. Sin embargo, el porcentaje de aumento se atenuó marcadamente desde agosto.
El panorama de los meses de agosto y septiembre resulta más crítico cuando se analizan las cifras de remuneración promedio de los asalariados registrados del sector privado proveniente del SIPA. Luego de crecer en términos reales en el mes de junio (+4%) y julio (+2,8%), en agosto experimentó una caída de 2,5% y en septiembre, los datos preliminares difundidos por la Secretaría de Trabajo dan cuenta de una nueva caída, del 1%.
Esto implica una pérdida de poder adquisitivo de 3% abajo del registro de noviembre de 2023. A su vez, acumulaba una caída del orden de 20% respecto del máximo de la serie registrado en mayo de 2013.
Fuente: diario Ámbito