La saturación del sistema de salud en Bahía Blanca se evidencia en la ocupación de camas hospitalarias en general, y de terapia intensiva en particular, que se traduce en la asignación de respiradores, un recurso que se usa al máximo de su capacidad en medio de la segunda ola de coronavirus.
Pablo Fernández Keller, el Jefe del Departamento de Especialidades Clínicas del Hospital Municipal, explicó que la decisión de llevar a un paciente con Covid a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) se toma con base en un protocolo y que en algunos casos hay que decidir entre quien tenga mayores posibilidades de sobrevivir.
«Hoy por hoy no tenemos lugar (en la UTI), se hace una evaluación para ver cuál es el paciente que más se beneficia con un respirador. No es que se elige. Pero cuando manejas un recurso escaso como son los respiradores podes tener dos filosofías: el primero que llega es el que lo tiene, que no es lógico; o el paciente que tiene más posibilidades de salir de sobrevida es el que se le asigna el respirador. Eso es lo que estamos haciendo en estos momentos», dijo Fernández en La Brújula TV.
El médico detalló que en estos casos la variable que se analiza no solo es la edad, sino la patología. Por ejemplo, «un paciente de 45 años que tiene una enfermedad terminal y uno que tiene 70 años que no tiene enfermedades previas que se va terminar beneficiando más esa persona».
«Todo esto no es grato y muestra la realidad del hospital», agregó Fernández. «A la otra persona se le da toda la atención que se le pueda dar, a través de técnicas de oxigenación, medicamentos y otros recursos, pero no llega a terapia porque no hay lugar». También indicó que esta situación impacta mucho a los médicos y trabajadores de la salud desde el punto de vista emocional, psicológico, psiquiátrico y físico. «No es fácil volver a tu casa después e haber tomado una decisión así (a quién darle un respirador y a quién no), aunque se haga en equipo y en base a un protocolo internacional».
Fernández comentó que al día martes tenías 16 pacientes con Covid en la guardia esperando internación y 9 en terapia intensiva, que es el 100% de su capacidad.
Agregó que el uso del respirador se puede prolongar incluso después de que al paciente ya no de positivo para Covid, debido a las condiciones en las que el virus deja al cuerpo y que el tiempo promedio que pasa una persona en terapia es de 21 días.
Fernández destacó que en esta segunda ola del coronavirus se están atendiendo «pacientes más jóvenes. El año pasado teníamos pacientes de 70 u 80 años, ahora tenemos de 60 años promedio, pero tenemos gente de 45 años y un paciente de 27 años, todos intubados».
Fuente: La Brújula 24