En Punta Alta fabrican el primer test nacional para el virus del COVID-19

Trabajan en Cromoion, un laboratorio de Punta Alta. Ya están produciendo 40 mil por semana y esperan duplicar esa cantidad en breve. En su desarrollo también participó un graduado de la UNS.

Numerosos grupos científicos, empresas farmacéuticas y laboratorios están trabajando denodadamente para dar respuesta a las necesidades que la pandemia de Coronavirus trajo aparejadas. De ellas, una de las más importantes es la disponibilidad de test. Un grupo de empresas y organismos públicos obtuvo recientemente aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para fabricar el primer test nacional para el viruso del COVID-19 basado en tecnología RT-PCR, el método gold standard aceptado internacionalmente.

En este grupo están ZevBiotech, una start up fundada y dirigida por un bioquímico graduado de la UNS, el doctor Maximiliano Irisarri; y Cromoion, una empresa proveedora de laboratorios ubicada en Punta Alta, que dirige la doctora Cecilia Arnaboldi. Ella es docente del Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de esta Casa y junto a ella se desempeñan las farmacéuticas Laura Bulla y María Fernanda Boisselier y la bioquímica Jorgelina Franchi, también graduadas de la UNS. Zev Biotech tuvo a su cargo del desarrollo junto a la empresa Argenomics, y Cromoión se ocupa de la fabricación.

“Estamos muy felices, vamos a poder dar respuesta a una necesidad concreta del país que hasta ahora venía importando este tipo de reactivos y ahora se abastecerá con un producto desarrollado fabricado totalmente en Argentina, con altos estándares de calidad”, contó a Radio Universidad la doctora Arnaboldi. Hasta ahora hay tres test de desarrollo nacional, pero ninguno con este método, que no sólo permite determinar un resultado negativo o positivo, sino también medir el nivel de carga viral, dato que se relaciona con la capacidad de contagio y la intensidad de síntomas. Además, brinda el resultado en un plazo no mayor a las dos horas, y resulta más económico que los kits importados.

“También estamos sumamente orgullosos porque los profesionales que trabajan en esta zona somos todos egresados de la UNS. En mi caso, soy puntaltense y hace muchos años estoy radicada en Bahía Blanca, y el resto del personal vive en Punta Alta. Cuando se decidió dar una respuesta a una necesidad concreta, nos pusimos en marcha sin descanso, sábados y domingos, mucha gente. Así, prácticamente redujimos a un tercio el tiempo que demora la aprobación de un producto”, agregó la investigadora.

“Con las tres empresas veníamos trabajando desde hace un tiempo y cuando surgió la pandemia decidimos emprender este desafío y desarrollar un test para la detección del SARS-CoV-2 que es el virus del Covid-19, por RT-PCR. El test se considera de referencia y está aprobado por el Ministerio de Salud. Es el que se realiza en todos los laboratorios donde se diagnostica la enfermedad, y que suman a más de 340 en todo el país. Antes se importaba y a partir de ahora nuestro laboratorio es el primer productor nacional y de Latinoamérica de este tipo de tecnología que ya se encuentra en uso”, agregó.

“Lo importante de haber elegido el gold standard universal es precisamente que los parámetros de sensibilidad y especificidad son conocidos en todos lados y, en el caso del test CoronARdx®, cuenta con la ventaja adicional de haber sido validado para ser utilizado en la amplia mayoría de los equipos de RT-PCR que conforman los 340 laboratorios públicos y privados del país donde se realizan test de COVID-19”, sostuvo el doctor Maximiliano Irisarri, bioquímico fundador y director de Zev Biotech.

Otros organismos que apoyaron el desarrollo son el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, la Agencia de Promoción de Ciencia y Tecnología de la Nación, el Ministerio de Desarrollo Productivo Nacional, el Ministerio de Salud de la Nación, ANLIS Malbrán, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Hospital Italiano de Buenos Aires, el INBIRS, el Laboratorio Central de Malvinas Argentinas y la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB), entre varios más.

Prensa UNS