La Fundación Mundo Marino alerta sobre la importancia de respetar y no molestar a estos animales para que el proceso de amamantamiento y crianza pueda culminar con éxito.
En las últimas semanas se reportaron tres casos inusuales de nacimientos de Elefantes Marinos del Sur (Mirounga leonina) en la costa de la Provincia de Buenos Aires. El primero de ellos fue el pasado 21 de septiembre en la localidad de Mar Chiquita y luego en Mar de Ajó y Villa Gesell, el 11 y 12 de octubre, respectivamente. En Brasil también se repitió el fenómeno el ? pasado 11 de octubre en la playa de Siriú, ubicada en el municipio de Garopaba, estado de Santa Catarina.
“No es común que en estos momentos, que es cuando se da el pico de nacimientos en nuestra Patagonia, tengamos el privilegio aquí en el Partido de la Costa de presenciar el nacimiento de un elefante marino. En ese sentido, es fundamental no molestar a estas hembras para que puedan desarrollar de modo normal el ciclo de crianza de sus cachorros que durará entre 20 y 23 días. Si la madre llegara a sentir algún tipo de amenaza ocasionada sea por personas o mascotas, existe el riesgo de que decida volver al mar, interrumpir el proceso de amamantamiento y abandonar el cachorro. De toda la ? comunidad depende que este proceso culmine con un final feliz”, explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, quien se encuentra participando junto a su equipo, del operativo de monitoreo en la localidad costera de Mar de Ajó.
Causas del fenómeno
Respecto a las posibles causas que podrían originar este fenómeno Rodríguez Heredia aclara: “Es difícil determinar hoy una única causa, pero a modo de posible hipótesis podría estar relacionado con la elevada mortalidad de cachorros, animales adultos y subadultos de esta especie en Península Valdés durante 2023, a raíz de la influenza aviar. También podría tratarse de hembras primerizas que, en su migración hacia el sur, fueron sorprendidas por el parto”.
En ese sentido, respecto al impacto de la influenza aviar, el año pasado un reporte difundido por The Wildlife Conservation Society (WCS) de Argentina, alertó sobre una mortalidad extrema de cachorros de elefantes marinos del sur de entre 56 y 74 por ciento en Península Valdés.
Animales monitoreados
Tanto en las localidades de Mar de Ajó, como de Villa Gesell y Mar Chiquita, los animales están siendo monitoreados por el equipo de guardaparques y técnicos del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y por la Red de Rescate de Fauna Marina, ambas dependientes del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires.
También la Fundación Rescate Verdemar y la Dirección de Zoonosis, de Villa Gesell, están colaborando con el monitoreo, así como el Grupo de Rescate de Fauna Silvestre, Bomberos Voluntarios y Defensa Civil del Partido de la Costa, y Prefectura Naval Argentina.
Acerca del Mirounga leonina
El Elefante Marino del Sur pertenece a la familia de los fócidos o focas. Como ocurre con el resto de los pinnipedos es una especie polígama y paren una cría al año. A diferencia de los otáridos (lobos marinos) que pueden retraer sus miembros posteriores o aletas para desplazarse, las focas llevan adelante su locomoción reptando con el vientre. Otra diferencia entre los lobos marinos y las focas es que estas últimas, no poseen pabellón auricular detrás de sus ojos.
Los machos pueden medir hasta 5 metros de longitud y pesar hasta 6 toneladas. Las hembras, en cambio, poseen un promedio de 2,5 metros de largo y un peso cercano a la tonelada. Este diformismo sexual, en donde los machos son de mayor tamaño que las hembras, es común también a otras especies de pinnípedos. Por su parte, la característica anatómica en los machos es su probóscide (trompa), la cual completa su desarrollo a los 8 años de edad.
Fuente: InfoGEI