Tal como publica el portal El Planeta Urbano, el combinado nacional obtuvo el noveno puesto entre cuarenta representantes de instituciones educativas de todo el planeta en el certamen “CanSat Competition”. El mismo se llevó a cabo entre los días 9 y 12 de junio en la Universidad Virginia Tech de USA. Además, fueron los mejores de Latinoamérica.
Malena Vásquez Currie es estudiante de Ingeniería Informática y conversó al respecto con el equipo del programa “Nunca es tarde”, que se emite a diario por La Brújula 24. Porque claro, ella integró este equipo argentino. Es, básicamente, una mente brillante.
“La oportunidad surgió hace un año más o menos, y fue por iniciativa de unos alumnos que encontraron la competencia y se mandaron. Entonces se lanzó esta convocatoria, la cual me llegó por unos amigos. De a poco nos fuimos animando y se armó todo esto. No teníamos mucha experiencia, pero cada uno podía aportar algo”, comentó al comienzo de la entrevista.
En cuanto a la llegada ni más ni menos que a la NASA, Malena señaló que “la verdad que arrancamos de cero, ellos te mandan una misión con ciertos requisitos de peso y costo. Pero no te dan ninguna instrucción, estás bastante solo en ese sentido. Tampoco dejan que te ayuden profesores. Mucha investigación, leer, buscar planos de equipos pasados y sacar ideas”.
“Eventualmente después de muchas pruebas empezó a andar y tomar forma”, añadió. “No fue un camino fácil, pero de a poco empezó a andar y fue algo muy emocionante”.
Cómo es el satélite diseñado
El satélite consistió en una estructura de varillas de fibra de carbono que soportaron los alojamientos para los sensores y actuadores del módulo principal y del desplegable, que se encuentran impresos en 3D.
Esos componentes electrónicos, como sensores de presión, temperatura, magnetómetros, entre otros, integraron el sistema de control encargado de regular el descenso, el despliegue de los paracaídas y estabilizar el giro del módulo desplegado, mientras enviaban la información recopilada por radio a una central de operaciones instalada en tierra.
La evaluación
Los criterios de evaluación se basaron principalmente en comprobar que el dispositivo pudiera completar un vuelo de forma satisfactoria a 700 metros de altura, desplegando dos paracaídas independientes y transmitiendo datos en vivo a una estación de control en tierra. A eso se le debió agregar el despliegue de un satélite secundario que grabó el descenso a velocidad controlada.
El equipo completo
El equipo estuvo compuesto por los alumnos María Candelaria Ruiz Casas (Ingeniería Electrónica), Franco Nicolás Estévez (Informática), Jorge Pedro Torres (Mecánica), Juan Bautista Valero (Mecánica), Malena Vásquez Currie (Informática) Manuel Luque Meijide (Informática), Matías Calamaro (Mecánica), Tamara Raquel Canillas (Química), Tomislav Marko Separovic (Mecánica) y Tomás Donadu (Bioingeniería).
Fuente: La Brújula 24