Facundo murió ahogado

Esta mañana el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) presentó el informe de los estudios de la autopsia realizada a los restos hallados en Villarino Viejo que pertenecían a Facundo Astudillo Castro.

En primer término, se definió que el joven falleció por asfixia por sumersión (ahogamiento). “La sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)”, detallaron.

Se aclaró que los resultados del estudio biológico llevado a cabo en médula ósea determinaron la presencia de un número significativamente alto de restos de algas microscópicas, coincidentes con las de las muestras ambientales de agua y sedimentos tomadas en el lugar del hallazgo de los restos óseos. “El hecho de que la identificación de los géneros y especies de diatomeas halladas en la médula sean coincidentes con las recuperadas en muestras de agua y de sedimentos recogidos en el lugar del hallazgo de los restos es altamente indicativo de que se trata del medio en el cual se produjo la muerte”, remarcaron.

Sobre el signo del diente rosado con relación a la causa de la muerte, han concluido que su presencia en forma aislada debe ser considerado orientador, pero inespecífico para establecer causa de muerte.

Del informe se desprende que se trató de una muerte violenta, por no ser natural. Sin embargo, por el avanzado estado de esqueletización del cadáver hubo una limitación de las posibilidades de conocer el modo de la muerte, “no pudiendo la ciencia forense determinar con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental”.

Asimismo, se aclaró que los restos óseos no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras previas a la muerte. Y agregaron que no se evidenciaron estructuras de densidad metálica, similares a elementos que puedan corresponderse con aquellos que producen injurias o lesiones, como por ejemplo, proyectiles de arma de fuego o segmentos de arma blanca, entre otros.

Tampoco se observaron cambios de coloración, u otros signos, en los huesos bajo estudio compatibles con el uso de sustancias ácidas, alcalinas o por exposición a una fuente emisora de calor.

“No se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados”, afirmaron y remarcaron que todas las lesiones y pérdida de algunas piezas dentales son posteriores a la muerte, producto de depredadores y exposición medioambiental.

En particular, sobre la ausencia de algunas partes del cuerpo de pequeño tamaño y de destrucción parcial de algunas partes de los elementos presentes indicaron que es el esperado para la acción del zorro pampeano. Al igual que la desarticulación y desplazamiento de ambos miembros superiores y del miembro inferior derecho

“Las marcas y fracturas producidas por carnívoros se produjeron con posterioridad a la muerte siendo, en consecuencia, no vitales. Presentan un patrón compatible con un acceso inicial a un cuerpo con presencia de órganos y tejidos blandos”, describieron.

En otro tramo del informe, señalaron que el cuerpo habría estado sujeto, además, a la fluctuación de agua por las mareas, la presencia de invertebrados como cangrejos y aves, entre otros. “Esta dinámica posiblemente generó el movimiento del cuerpo y la pérdida de las prendas de vestir”, concluyeron.

Sobre el tiempo mínimo transcurrido entre la muerte y el hallazgo del cuerpo, sería no menor a 30 días, “siendo el tiempo máximo estimado del período transcurrido desde la muerte mayor, pero no pudiendo determinarse científicamente”.

“Del estudio forense no surgen elementos que permitan suponer que los restos humanos hayan estado en otro ambiente distinto al del hallazgo durante el intervalo postmortem consignado”, recalcaron.
Fuente:Frente a Cano