Hijo de un inmigrante italiano y de mamá argentina, D’Angelo era un apasionado por el estudio y la calidad de vida de la gente. Líder juvenil de Acción Católica, ingresó a la Escuela Naval Militar donde se enamoró de los temas navales.
En su puesto como COAA en Base Naval Puerto Belgrano recorrió dependencias, desde Zárate hasta Ushuaia, tenía a cargo el 75% de los destinos de la Armada. En el desempeño de esta función es de resaltar que viajaba semanalmente entre Puerto Belgrano y Buenos Aires en auto o en ómnibus para cumplir sus funciones. No quiso usar el avión que tenía asignado para que la Armada no gaste más dinero, porque “la Institución y su gente lo necesita más que yo”.
Hombre de diálogo, con profundas creencias cristianas. Conversó con políticos de distintos partidos, empresarios, civiles, suboficiales y oficiales de la Armada para encontrar mejoras para la Armada y su gente. Zarpó hacia su última navegación un hombre sensible a la resolución de problemas de la gente, coherente entre pensamiento, palabra y obra.