El desenlace es el mismo que se registró en febrero pasado cuando, ante la imposibilidad de un entendimiento entre representantes de las cámaras empresarias y de la centrales sindicales, el Ejecutivo debió recurrir al mecanismo del laudo y de esa forma estableció un incremento de 30% que llevó el piso salarial a $ 180.000 el valor mensual o $ 900 la hora en febrero y a $ 202.800 para marzo o $ 1.014 la hora.
Tras el fracaso de este martes, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, tendrá un plazo de tres días para oficializar el nuevo incremento del piso salarial que, además de establecer la retribución de unos 300 mil trabajadores fuera de convenio, es una herramienta clave para la determinación del monto de los planes sociales, como el caso del reformulado Potenciar Trabajo, y del valor de las jubilaciones mínimas, entre otras asignaciones.
“Se caía de maduro que iban a postergar cualquier decisión”, reprochó uno de los referentes de la CGT que participó de las negociaciones encabezadas por la flamante subsecretaria de Trabajo, Liliana Archimbal.
Durante las discusiones, la representación empresaria propuso un esquema que contemplaba un aumento del salario mínimo de 8% desde mayo y una suba de 5% en junio, mientras no había ofrecimiento de mejora para el mes de abril . Por su parte, y tras los planteos iniciales, los dirigentes de la CGT y de las dos CTA (Autónoma y de los Trabajadores) consensuaron un reclamo unificado para elevar el piso salarial en abril a $ 377.600 y en mayo a $ 440.000, totalizando un incremento de 118%.
Fuente: Clarín