El reconocido infectólogo bahiense Diego Maurizi aportó una visión diferente respecto a esta pandemia mundial de coronavirus.
Maurizi fue más allá de esta problemática que nos afecta en la actualidad y que mantiene al mundo en vilo. Según su postura, luego de que pase esta epidemia, hay que atacar el grave problema de sanidad que afecta a los mercados donde se compran alimentos en el sudeste asiático.
Cabe aclarar que si bien se desconoce el origen del brote, los primeros casos se detectaron en la ciudad de Wuhan (China) a principios de diciembre y se sospecha que el foco se inició en un mercado de marisco y pescado de la capital de la provincia de Hubei.
«El próximo desafío, después de esta epidemia, que pasará en dos o tres meses, será cambiar la forma de comprar alimentos en el sudeste asiático. No tengo problemas de que coman murciélagos y víboras. Pero tienen que tener las condiciones de sanidad mínimas como para que los seres humanos no estén cerca de los animales vivos y no haya contacto con las secreciones o la sangre de los mismos», explicó.
«Es necesario que un receptor humano se ponga en contacto con los desperdicios de un animal como para que un virus mute y llegue a las personas.Y en esos lugares no se respetan las condiciones mínimas de limpieza. Entiendo que existen cuestiones culturales, pero hay que atacar el problema de raiz o despúes del coronavirus vendrá algo peor», agregó.
«Yo le temo a otros virus que puedan aparecer como la gripe aviar, que mata al 50% de sus portadores. Hasta ahora lo han contraído personas que trabajan en la crianza y faenamiento de esas aves, pero como el virus no puede pasar de persona en persona, no se ha propagado. Pero los virus mutan y no sabemos si en un futuro tendremos otra epidemia», alertó.
Con respecto al COVID-19, Maurizi mencionó que se trata de una mutación de un virus ya conocido y que se trata de «un proceso natural».
«A los coronavirus los conocíamos desde antes, porque son responsables del 20% de los resfríos. En este caso, es una mutación que lo vuelve diferente y que hace que la gente no tenga defensas para enfrentarlo», comentó.
«Es nuevo y no tenemos forma de defendernos. Tiene una mortalidad baja, pero afecta al 30% de las personas. Haciendo cálculos, hay que tener en cuenta que el 30% de la población de Bahía Blanca, son unas 100.000 personas y está claro que de darse un pico, no habría respiradores para todos», mencionó.
Maurizi llamó a la responsabilidad de todos de cumplir con el aislamiento y brindó un crudo ejemplo.
«Los hospitales están tan llenos de por sí que a veces ocurre un accidente y no hay camas suficientes para atenderlo. Es grave», dijo.
«Por eso se está pensando en tener hospitales de campaña, en cómo conseguir más camas. Ojalá sea un razonamiento del papel. Si hacemos las cosas bien, podemos frenar esta epidemia», finalizó.
Fuente: La Brújula