Ramos se encontraba en la esquina de Irigoyen y Murature, finalizando su tarea, cuando fue sorprendido por la espalda y golpeado en la cabeza por uno de los sujetos, al caer al piso los otros dos lo patearon.
Inmediatamente fue derivado al hospital Eva Perón donde le realizaron todo tipo de estudios, por los golpes en la cara y la cabeza.
Los delincuentes «acusaban» al funcionario de haberles secuestrado un vehículo; elemento éste que carecía de toda documentación.