“Se están viendo muchos casos de consumo de paco que ingresan al hospital, cuestiones que antes eran más asociadas al conurbano y que hoy están entre nosotros y la gente ya está consumiendo este tipo de cuestiones”, dijo el funcionario en el programa Nunca es Tarde.
Moyano destacó que “están apareciendo con mucha regularidad en las guardias” personas adictas a esta droga de bajo costo y altamente adictiva, compuesta por residuos de cocaína y químicos tóxicos.
“El esquema del consumo va cambiando. En los últimos dos años ese número de situaciones fue siendo notablemente y este último año se nota con muchísima claridad”, agregó el funcionario.
Con respecto al tratamiento para recuperarse de la adicción a la pasta base, Moyano señaló que “no estamos hablando de un abordaje de un tratamiento que tiene 20, 30, 40 años, 50 años como la psicosis o la esquizofrenia que son los trastornos que antiguamente engrosaban las instituciones de salud mental.”
“Uno tiene que trabajar a nivel de los equipos y de la familia. Si hay comunidad, si hay equipo que sostenga y si se dan ciertas condiciones, esas personas muchas veces logran salir. No sin un gran deterioro en lo subjetivo y también en lo biológico, porque produce también un daño importante”, agregó.
Aumentan las consultas de salud mental
Moyano resaltó que el área de salud mental del Penna ha experimentado un importante incremento en la demanda de atención en los últimos meses, una situación que atribuye principalmente a la coyuntura socioeconómica que atraviesa el país.
“En el caso particular del Hospital Penna, como es el único servicio que cuenta a nivel público con internación, recepción de guardia y posterior internación, este crecimiento se ha ido notando de manera tal que las 14 camas de guardia estaban ocupadas por pacientes de salud mental y en momento se tuvieron que agregar más”, señaló el funcionario.
Moyano agregó que desde la pandemia los centros médicos con área de salud mental han visto un aumento en la demanda de ese servicio, especialmente por casos de consumos problemáticos, pero también “las demandas por padecimientos de la vida cotidiana y a la interrupción del normal funcionamiento”.
“Estamos en un momento de mucha complejidad. Yo creo que uno de los factores más importantes tiene que ver con la situación social y económica que se está viviendo. La salud mental siempre queda como para lo último en lo que tiene que ver con con la atención de la salud, porque son padecimientos, formas de sufrimiento que se ocultan y que culturalmente no tenemos como mucha rapidez para ponerlas de manifiesto rápidamente, pero cuando parece una crisis social y económica, se agudizan”, dijo.
Fuente: La Brújula 24