La fragata es un motovelero que posee tres palos denominados trinquete, mayor y mesana, enumerándolos de proa a popa. Tiene 27 velas que constituyen 2644 m² de superficie.
Cada palo tiene asignada una División compuesta por un jefe de palo, un contramaestre, un encargado y 15 cabos, más los guardiamarinas en comisión designados para realizar sus prácticas profesionales. En esta oportunidad, el palo trinquete está a cargo del Teniente de Navío Rodrigo Fernández Méndez; el mayor, del Teniente de Navío Axel Matías Guerra; y el mesana, del Teniente de Fragata Juan Cruz Argüello, supervisados por el Jefe de Cubierta, Capitán de Corbeta Fernando Gabriel Simón.
Cada vez que se van a cazar las velas, suena por el difusor de orden el toque de pito del contramaestre general, ordenando el cubrimiento del rol de maniobra general de velas. De inmediato, el personal cubre sus puestos y, posteriormente, los contramaestres de cada palo comienzan a replicar las órdenes utilizando el silbato marinero.
El personal afectado sube a los palos y se comienza a desaferrar las velas, que rápidamente son desplegadas, mientras que desde cubierta principal se maniobra toda la cabuyería.
Durante la instrucción es fundamental el cumplimiento cabal de las normas de seguridad. La navegación a vela requiere templanza y predisposición, cualidades fundamentales que debe adquirir un marino; y demanda a los futuros oficiales un conocimiento pormenorizado de las maniobras, la meteorología reinante y las limitaciones de la jarcia.
Además, este tipo de navegación implica un esfuerzo continuo y trabajo en equipo, donde el liderazgo, la coordinación y la colaboración son factores determinantes. Cada miembro del equipo es fundamental en el engranaje para garantizar el seguro y eficaz empleo del velamen.
Siempre que hay velas cazadas, permanece en cubierta una guardia llamada brigada de velas, que rota cada 4 horas, y cuya función es realizar las maniobras necesarias para optimizar el rendimiento de las mismas.
También, en oportunidad del intercambio de cadetes que se realizó con las Armadas de México y Uruguay, los jóvenes de dichas Marinas tuvieron la posibilidad de realizar prácticas en los palos junto a guardiamarinas en comisión argentinos.
Al respecto, el cadete de 4º año cuerpo general de la Armada de México Luis Arturo Lara Navarro expresó: “Fue increíble tener esta posibilidad, no imaginé que podía llegar a subir, nosotros estamos acostumbrados a subir por alto todas las mañanas a las 6 hasta el sobrejuanete, de ahí bajamos y vamos a desayunar y conocemos por supuesto nuestro buque. El subir ahora, en un buque diferente, fue un desafío, porque nos fuimos encontrando con variantes, por ejemplo, el paso arraigado está mucho más inclinado aquí y fue un poco complicado, pero fue resuelto. La vista allá arriba es increíble también. Es una buena experiencia para contar, es una subida por alto internacional”.
Gaceta Marinera