La producción de arvejas ha disminuido un 79,86%, pasando de 296.957 toneladas en la campaña anterior a 59.813 toneladas en la actual. En el caso de las lentejas, las pérdidas alcanzan el 91,37%, cosechándose solo 6.244 toneladas en comparación con las 72.318 toneladas del año anterior.
El garbanzo ha sufrido una disminución del 35,42%, pasando de 102.099 toneladas a 65.934 toneladas. El poroto, cuya cosecha se está llevando a cabo en el norte, también se verá afectado con una reducción estimada del 30% en los rendimientos debido a la sequía.
Aunque estas pérdidas no amenazan el abastecimiento interno, ya que el consumo local de legumbres es bajo, la exportación se ha visto afectada. En el caso de las arvejas, los envíos al exterior han caído drásticamente, pasando de 70.473 toneladas en el mismo período del año pasado a 4.635 toneladas este año.
Expertos en legumbres señalan que la sequía y las bajas temperaturas han tenido un impacto devastador en los cultivos. La falta de humedad para sembrar, las heladas y la escasez de agua han llevado a una reducción en el área de siembra y la pérdida de cultivos. La producción de semillas también se ha visto comprometida, lo que representa un desafío para la próxima campaña.
La recuperación de los cultivos requerirá varios años, especialmente en términos de genética y disponibilidad de semillas. Los agricultores y autoridades del sector están evaluando las implicaciones de estas pérdidas y trabajando en estrategias para mitigar los efectos de la sequía en los cultivos de legumbres en el futuro.
Fuente: Télam