La balanza comercial argentina registró un superávit de 1.575 millones de dólares en julio, algo que se explica en gran medida por el aumento de las exportaciones, pero también por una importante caída en las importaciones respecto al mismo mes de 2023. De acuerdo con el último informe del Indec, las compras en el exterior cayeron un 16,5%, mientras las ventas aumentaron un 19,2%. Sin embargo, esto no alcanza para compensar la drástica caída del consumo interno. Incluso, algunos productores de bienes de primera necesidad decidieron abandonar el rubro, algo que sucede particularmente en el sector frutihortícola.
Según la autora del presente informe, Agustina Bordigoni, del sitio especializado Artemisión, el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA), indica que el consumo anualizado de leche per cápita para 2024 –teniendo en cuenta los datos del primer semestre– sería de 156,3 litros, 37 litros menos que al cierre de 2023. “Seguramente el año 2024 cerrará con el menor consumo del que se tenga registro en nuestra historia”, indicaron.
En tanto el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) registró caídas del 18,5% en el consumo de leche no refrigerada y del 17,3% en la demanda de lácteos en el primer semestre de 2024 con respecto al mismo periodo de 2023.
Las esperanzas del sector, sin embargo, están puestas en el mercado interno. “El consumo cayó fuertemente en los primeros cinco meses del año, pero empezó a recuperar algo en julio”, explicó a PERFIL el director de OCLA, José Giraudo. Eso se entiende, en parte, por la caída en los precios que registra el Indec: ese mes el valor del litro de leche entera en sachet bajó 3,7% respecto al mes anterior. “El poder de compra se viene recuperando, y eso va a generar de aquí en adelante una recuperación del consumo”, opinó.
Exportaciones de lácteos
Según OCLA, en los primeros cinco meses de 2024 las exportaciones de lácteos aumentaron 6,7% en volumen, pero los ingresos en dólares cayeron un 2,4%. Ante la caída del consumo interno, además, las exportaciones también crecieron como porcentaje de la producción total: representaron el 28,3%, mientras en el primer semestre de 2023 ese porcentaje fue del 21,9%.
“Las exportaciones crecieron mucho en enero y febrero, pero el proceso inflacionario se comió toda esa mejora, porque con la devaluación del 2% mensual, con picos de inflación de dos dígitos, se desalentó la exportación. En julio se recuperó un poco, pero es difícil compensar la caída del consumo interno”.
El sector, agregó Giraudo, tiene expectativas de recuperación a partir de octubre. “Vamos hacia el pico estacional de máxima producción, que es en octubre, con lo cual tenemos las expectativas muy fuertes puestas en la recuperación del mercado interno para absorber ese mayor volumen de producción, que seguramente no se va a poder canalizar por la exportación porque los precios internacionales no son los mejores y porque hay un notable retraso cambiario que, sabemos, no se planea modificar”.
El consumo de leche bajó 37 litros anuales per cápita
El consumo de frutas y verduras también se desplomó. En julio, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), “fruto de la disminución del poder adquisitivo y la falta de convalidación de precios por parte del consumidor, se observó una caída de la demanda de entre un 30% y un 40%”. A eso se le suma, señalaron, el “considerable” incremento de los costos.
“La gente está llevando muy poco y los productores no saben cómo hacer para seguir. Desde principios de año a hoy calculamos la caída del consumo en un 40% o 45%”, explicó a este medio Omar Carrasco, presidente de la Unión Frutihortícola de Cuyo.
Para los productores, agregó Carrasco, “la situación es muy compleja”. Ante el aumento de los costos, afirmó, “muchos cambian de matriz productiva y hay otros que están dejando la actividad. En el este mendocino hay varias fincas abandonadas”, concluyó.
Proyección de consumo de carne vacuna
Mientras tanto, y según la Bolsa de Comercio de Rosario, la proyección de consumo anual de carne vacuna por habitante es de 44,8 kilos, la más baja en un siglo.
Según el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), la actividad de la industria frigorífica se recuperó en julio respecto a junio, aunque presenta una caída del 3,1% en términos interanuales. Al considerar los primeros siete meses del año, la cantidad de producción en toneladas bajó un 8,8% respecto al mismo periodo de 2023.
La caída en el consumo de carne vacuna propició un aumento en la venta de productos sustitutos, como el cerdo. “A principios de agosto el precio del cerdo se acomodó. En lo que va del año tiene un aumento del 14%: había bajado un 30% y ahora subió un 40%”, explicó a PERFIL Juan Ucelli, consultor de ese sector. “El cerdo sigue siendo una carne barata en comparación con el resto. El año pasado cerramos con un promedio de 21 kilos por habitante y ahora estamos en 22 kilos. Aumentó un kilo, que para el cerdo es mucho, y posiblemente lleguemos a 23 kilos en 2024”.
Ventas en el mercado externo
En cuanto a las ventas en el mercado externo, si bien mejoraron en los últimos dos meses, “la situación del dólar descoloca un poco el incentivo a la exportación”, agregó.
En este contexto, los productores “empezaron a tener un pequeño repunte que les permite volver a tener una rentabilidad. Pero, cuando uno analiza lo que pasó en estos meses, se da cuenta de que el precio del cerdo en pie subió, pero el precio al público subió más. Quiere decir que la diferencia la sigue haciendo el último eslabón de la cadena”.
Caída en el poder adquisitivo
En los últimos eslabones de la cadena la caída en el poder adquisitivo de los consumidores también se nota. “Si las comparamos con el mismo mes del año pasado las ventas cayeron un 17%, y un 4% con respecto al mes anterior”, explicó a este medio Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General de Almaceneros (CGA).
“Prácticamente en nuestros negocios no hubo cambio de precios respecto al mes pasado, pero la venta no crece porque subieron la luz, el gas, el agua, internet y el pasaje de colectivo”, agregó. “En la CGA decimos que ya el 15 es fin de mes. Los primeros días la gente paga con QR, transferencia o efectivo, pero después del 15 ya pregunta si puede pagar con tarjeta de crédito”.
La situación es cada vez más preocupante. “Si el cliente compra menos, si el 15 es fin de mes, nos quedan muy pocos días para desarrollar el trabajo constante y juntar el dinero, porque también a nosotros se nos duplicó el costo de los servicios. Entonces, también en poco tiempo, nuestros negocios van a estar endeudados. Esto no es fácil”, concluyó.
Fuente: InfoGEI