Las composteras se encuentran en la plaza de Villa Mitre y lo que se intentará es darle una utilidad justamente en ese espacio público, mejorando el estado de la vegetación del lugar.
Lo que se busca con este programa es minimizar el impacto que se produce en el medio ambiente, ofreciendo un destino sustentable a cada fracción de los residuos de la ciudad. Además, este proceso permitirá que los vecinos entiendan y desarrollen conceptos y utilidades sobre la fracción orgánica.
La propuesta es que como sociedad aprendamos qué hacer con nuestros residuos verdes y cómo compostarlos, con el propósito de generar nutrientes para nuestra tierra. En la ocasión se desarrolló un taller de compostaje a cargo de Alejandra Goncalves Méndez.
Los horarios para que los vecinos de la zona puedan llevar sus residuos orgánicos a la mencionada plaza es de 9 a 12.
«La idea es que empecemos a utilizar aquellos residuos por los que ya pagamos un valor y que todavía tienen una utilidad más allá de ya haber sido consumidos por el usuario, como por ejemplo las cáscaras de frutas o verduras. Al dejarlas en las composteras se genera material orgánico que sirve como fertilizante», mencionó Matías Insausti, titular de la mencionada subsecretaría municipal, en diálogo con la redacción de LA BRÚJULA 24.
¿Qué es compostar?
Compostar es someter la materia orgánica (ramas, hojas, restos de comida…) a un proceso de transformación para obtener compost. El compost es el resultado de la descomposición natural de la materia orgánica realizada por microorganismos (bacterias, hongos…) y por pequeños organismos (como lombrices y escarabajos).
La transformación de materia orgánica a compost se puede llevar a cabo mediante un compostador, sin ningún tipo de mecanismo, motor, ni gasto de mantenimiento.
La basura diaria que se genera contiene un 33% de materia orgánica que puede ser reciclada y devuelta a la tierra en forma de compost para plantas y cultivos, contribuyendo a la reducción de los desechos que se llevan a los vertederos o plantas de valorización.
El compostaje reduce el volumen de la materia orgánica en un 80%, es decir, por cada 100 kg de materia orgánica introducida en el compostador, se obtienen entre 20-25 kg de compost.
El humus contribuye a la continuidad del ciclo de vida de las especies vegetales que, a su vez, alimentarán a las especies animales. Los desperdicios orgánicos no se
tienen que considerar como un residuo inútil, si no como un recurso muy valioso que transformado en compost, contribuye a la continuidad del ciclo de la materia.
El compost tiene además, un valor añadido frente a los fertilizantes, y es que si bien ambos aportan los nutrientes necesarios a la tierra, solo el compost mejora la estructura de la misma.
¿Qué se puede utilizar?
Secos: hojas de árboles, cartón y papel sin tintas, cáscaras de huevo. (bien secos, que cruja al aplastarlos)
Húmedos: césped recién cortado, restos de poda, restos de frutas y verduras, yerba, café y té.
No colocar: plásticos, vidrios, huesos, lácteos, carnes, productos procesados, maderas o ramas muy gruesas, plantas enfermas, heces de animales domésticos como perros y gatos.
¿Larga mal olor?
Un proceso de compostaje bien hecho no debería desprender malos olores. Si no que el olor característico es de un bosque.
Si desprende mal olor debo agregar materia seca, para compensar la humedad y airear. Las composteras deben tener una humedad del 60% aproximadamente. Para eso es bueno mezclar en cantidades apropiadas los elementos secos y húmedos.
Fuente: La Brújula 24