Concluimos, que estas carencias, confrontan cada vez con mayores dificultades para materializar nuestros proyectos de vida y crear una familia propia, la cual en caso de constituirse se desenvuelve en condiciones sumamente precarias.
Los jóvenes no solo somos el futuro, también somos el presente, porque participamos con nuestra presencia en el cambio social y cultural, el desarrollo económico y ambiental y el progreso técnico de nuestros distritos. Necesitamos oportunidades reales de capacitación y empleo, para poder crecer y quedarnos en nuestros territorios.
Pretendemos un gobierno que entienda que la juventud es política de Estado y forma parte del desarrollo local y que necesita justamente de una mirada integral que no segregue por su condición social, ni política, como sucede en la actualidad.