Se trata de penitenciarios que decidieron suspender las visitas de familiares para protegerse de eventuales contagios. El mapa del aislamiento.
Unos 6.300 internos de cárceles de toda la provincia de Buenos Aires decidieron sumarse, de manera voluntaria, a la restricción de visitas de familiares, con el fin de minimizar el riesgo de contagio de Coronavirus.
La iniciativa comenzó en la unidad 50 de Batán. Luego se sumaron las Unidades 4 Bahía Blanca, con 879 internos, 20 Trenque Lauquen, con 125 detenidos, la 30 General Alvear con 2200 privados de libertad y las tres de San Martín, las Unidades 46, 47 y 48, que albergan a 3.000 internos.
Según se consignó en un parte oficial, son más de 6.100 los privados de la libertad que hasta esta tarde se comprometieron a «no recibir visitas, algo muy esperado en contexto de encierro, priorizando la salud pública».
La decisión parte de un modelo «sugerido» por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, implementado a través de las mesas de diálogo entre las autoridades penitenciarias y los referentes de los pabellones de los penales mencionados.
En paralelo, se informó que se flexibilizó el mecanismo de depósito de mercaderías y que médicos de la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria recorrieron pabellón por pabellón para brindar charlas informativas sobre cómo prevenir el contagio.
Cabe destacar que las autoridades de las Unidades les hacen firmar una declaración jurada a todos los visitantes (integrantes del poder judicial, consulados, docentes, etc.) donde se les pregunta si tienen los síntomas que provoca el COVID-19 o han estado con personas que viajaron a los países de riesgo: China, Japón, Corea del Sur, Irán, Estados Unidos o naciones del continente europeo.
En este marco trascendió también que las internas de la Unidad 50 están prestas a confeccionar barbijos en el taller textil del penal como forma de colaborar para ponerle freno a la pandemia.
Fuente: InfoCielo