«Tuve la desgracia de presenciar un evento muy triste en medio de un momento que, en cualquier otra circunstancia, nos llena de alegría a los puntaltenses como son los corsos.
La noche del domingo 27, observe como una persona identificada como de “CONTROL” arrastraba una niña de 13 años y contextura física pequeña y la expulsaba de los corsos luego de haber sido golpeada por otras adolscentes entre el tumulto de gente. Conociendo a la niña (compañera de mi hija) me aproxime al personal de seguridad y, a sabiendas que su madre estaba en el predio y la niña pasaba una crisis nerviosa debido a los golpes recibidos y la situación, me ofreci a hacerme cargo de la menor hasta que su madre llegara para (al menos) consolarla.
El personal de control me informó que no podía hacerla ingresar nuevamente debido a haber participado de un altercado (poco le importo el llanto de la niña o los golpes recibidos por esta) y se acercó otra persona presentándose como jefe de seguridad quien me dijo que los corsos eran un evento privado y la casa se reservaba el derecho de admisión, y que esto se encontraba impreso en el boleto que había abonado.
A esta persona le mencione que el personal de CONTROL no tiene el derecho a llevarse a menores de edad por la fuerza sin informarle a sus padres, mucho menos ejerciendo violencia física sobre los mismos. La respuesta es a la que todos los argentinos estamos acostumbrados ¿Y qué quiere que haga?.
Le voy a contestar por este medio público: Quiero que Ud me dé una solución que no incumpla la ley, quiero que no ejerza violencia contra un niño, quiero que antes de presentarse a cobrarme por el servicio de CONTROL piense y prepare las soluciones a los problemas que se le presenten y no obre por sobre los derechos de los niños.
Poco o nada le importó a estas personas el trato dispensado a esta, y por lo que pude averiguar, a otros menores.
Desconozco si las Sras Vanina Reimondi y Agustina Morales concesionarias de la realización de los corsos de este (y por lo que pude averiguar) de los próximos años saben que de los inconvenientes ocasionados por el personal de CONTROL, si estos están calificados para la función que cumplieron (y espero no vuelvan a hacer el año que viene) o si el municipio de Coronel Rosales recogerá el guante sobre los hechos ocurridos o las fundada quejas de los ciudadanos puntaltenses en cuanto a la realización de los corsos en un predio ¿privado?, ¿o sea que los corsos son ahora privados?.
Espero que no, que lo que me explicó el mencionado “jefe de seguridad” sea una falacia (tal como lo que me dijo sobre que me encontraba en un evento privado estaba impreso en el boleto que pagué) y que los corsos puntaltenses sigan siendo un evento cultural en Punta Alta y no una fiesta privada en la que los derechos de nuestros hijos pueden ser vulnerados.
Firma: Cristian Torres