“Son perros vagabundos. Conté siete, pero creo que eran más, y debe haber alguno que tiene dueño. Son los que viven alrededor de la perrera municipal”, expresó.
“Nosotros tenemos un campo, cerca de esa perrera, al norte, a unos 7 kilómetros, pero cortando camino, son muchos menos kilómetros. Los perros, cruzan el Arroyo Pillahuincó Chico, y vienen de ese lado, porque los corrí, y van derechito para ese sector”, agregó.
Bernardelli confió que, más allá del perjuicio económico, hay un daño que ataca lo emocional.
“Es una tremenda impotencia porque las ovejas que quedaron vivas, hay que sacrificarlas, porque los perros le muerden el hocico, la carretilla, la cabeza. Y no es que matan para comer, van a hacer daño, porque si fueran a comer, matan una oveja y se la comen”, expresó indignado.
El productor aportó precisiones sobre la magnitud de los daños.
“De un lote de 120 ovejas, hay como cuarenta mordidas. Más de quince ovejas muertas, y algunas más que deben estar en el pajonal. Hay que recorrer bien el campo a caballo. Vi que hay corderos muertos, que como son recién nacidos y otros quedaron guachos al morir la madre”, manifestó.
Un cordero vale entre 7 y 8 mil pesos y una oveja, entre 10 y 15 mil pesos, acotó.
“Es un problema irresuelto”
El damnificado señaló que entre las ovejas que empezaron a parir la semana pasada había otro grupo con corderos chicos y otras que están preñadas y a punto de parir, “que lamentablemente van a morir por las heridas graves que les produjeron los perros”.
“Es una masacre, una carnicería total, por culpa de unos perros que hacen de las suyas y parece que no existe solución para resolver este problema y es el Estado el que lo debe resolver y del vecino al que se le escapan los perros”, afirmó.
Advirtió que “a mí me gustan los perros, los quiero, pero si te vienen a atacar todos los días las ovejas y no te resuelven el problema, no hay otra alternativa que defenderse”.
Fuente: El Orden