En ese marco, más de seis de cada diez argentinos afirmaron que resignaron un servicio o actividad que realizaba habitualmente, y que van del ocio en general, el abandono de primeras marcas en el supermercado, la compra de ropa o vacaciones.
Valga una aclaración. Los ingresos de los argentinos ya pagaban el precio de la inestabilidad a fines de 2023, antes de que llegara Javier Milei. Luego de la crisis cambiaria del macrismo, la cuarentena por la pandemia y el estallido inflacionario del cuarto kirchnerismo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, los ingresos de ocupados y asalariados venían perdiendo un 25% desde 2017, según datos del Indec.
La devaluación, la liberación de los controles de precios y las subas de tarifas de los servicios públicos buscaron ordenar los precios relativos de la economía, una necesidad para lograr cierta estabilidad. Pese a la desaceleración de la inflación y la mejora de los ingresos en los meses de la gestión Milei, la normalización económica cambió la estructura del consumo familiar y disparó el peso de los gastos fijos en el hogar.
Una encuesta de la consultora Casa Tres, que dirige Mora Jozami, señaló que el 63% de los consultados dijo haber resignado últimamente algún servicio o actividad. El 60% habla del ocio en general; 47% abandonó las primeras marcas; 44% compró menos ropa; 41% resignó sus vacaciones; 29%, plataformas de contenidos; 19% usa menos el auto; 14% dio de baja actividades con los hijos; 11% bajó de prepaga; 9% cambió el tipo de seguro; y un 5% decidió enviar a sus hijos a un colegio público.
Fuente: La Nación