A través de un escrito presentado en la causa abierta por la familia Moche, el primer mandatario apeló al derecho a la libertad de expresión y al argumento de que sus cuentas en las redes sociales son personales y no lo representan como presidente.
La explicación que pretende justificar la existencia de una doble personalidad entre quien escribe y quien publica fue parte de la estrategia de Milei para desprenderse de sus responsabilidades también en el caso de la cripto $Libra.
Es más, el argumento había sido desestimado por Oscar Julio Gutiérrez Eguía, el fiscal de la causa abierta por el niño Ian Moche y que el mes pasado había dictaminado que la cuenta en X de Javier Milei no es solo personal, sino que lo representa como Presidente.
A través de sus abogados, Milei presentó un escrito en esta causa y sostuvo que la demanda en su contra es improcedente, confusa y “carente de sustento jurídico” y sostuvo que al mandatario “no se le puede formular reproche alguno” en términos personales.
En su descargo, ensayó además una serie se excusas para sostener que –palabra más, palabra menos- lo que él habla en la red social X queda despegado de su cargo como jefe de Estado.
Milei sostuvo que lo que él dijo en X no lo dijo como Presidente y que por lo tanto ese tuit no fue un pronunciamiento administrativo, que repostear no es ratificar, que su agresión no fue una agresión, que calificar de “kukas” a Ian y a su familia no es causar “un daño irreparable” ni “grave”, que a un niño se lo puede criticar aunque su condición sea la de niño y que, por lo tanto, las denuncias en su contra no son procedentes.
Lo que también hizo el jefe de Estado fue apelar a la libertad de expresión y dijo Milei que el tuit por el que se lo denunció “no es un acto estatal” sino “una publicación protegida por el derecho constitucional a la libertad de expresión que me garantizan la Constitución nacional y los tratados internacionales con jerarquía constitucional”.
Fuente: Página 12