Desde sus inicios, la entidad ha desarrollado un modelo basado en dos pilares: accesibilidad, ofreciendo viviendas con precios competitivos y ajustados a los salarios, y flexibilidad, con esquemas de pago que se adaptan a las posibilidades de cada grupo familiar, sin recurrir a mecanismos tradicionales como créditos UVA o ajustes por inflación o dólar.
El esquema de financiamiento contempla que durante el proceso de obra el adjudicatario aporte el 30% del valor de la vivienda, mientras que el 70% restante se abona una vez entregada la unidad mediante un crédito hipotecario en pesos, ajustado únicamente en función de los aumentos salariales y sin intereses bancarios. Las cuotas, distribuidas en aproximadamente 180 pagos mensuales, no superan el 30% del ingreso familiar.
Este esquema de integración y financiamiento representa una alternativa superadora frente a los créditos tradicionales. Al permitir que el 30% inicial pueda abonarse en distintos plazos (36 o 54 meses) y con modalidades flexibles de pago, se facilita el acceso a familias que no cuentan con ahorros inmediatos pero sí con ingresos estables. A su vez, el crédito hipotecario sobre el 70% restante se caracteriza por tener cuotas en pesos, sin intereses bancarios ni ajustes atados al dólar o la inflación. Las actualizaciones dependen únicamente de la evolución salarial del grupo familiar, lo que asegura previsibilidad y protege el poder adquisitivo de los adjudicatarios. En la práctica, la cuota resulta equivalente al valor de un alquiler, permitiendo que las familias puedan proyectar a futuro con estabilidad y seguridad jurídica.
Además del diseño funcional, cada vivienda se entrega completamente terminada y lista para habitar, con materiales de primera calidad, instalaciones completas de agua, gas, electricidad y sanitarios, y con terminaciones interiores que incluyen pisos, revestimientos y carpintería. El sistema constructivo industrializado permite garantizar plazos más cortos, mayor eficiencia energética y un control riguroso de calidad, asegurando que las familias reciban una casa moderna, segura y durable, sin costos ocultos ni demoras adicionales.
En los últimos años, la Cooperativa ha ampliado su alcance mediante convenios con el Instituto de Vivienda de la Fuerza Aérea Argentina (IVIFA). Entre 2023 y la actualidad, se concretaron tres emprendimientos en Comodoro Rivadavia, denominados Realidad 1, 2 y 3, que suman 183 convenios de preventa junto a la Mutual del Círculo de Suboficiales de la FAA, la Cooperativa 9 de Agosto y la Asociación Civil Lautaro. Estos proyectos incorporan viviendas industrializadas bajo la modalidad “llave en mano”, con tipologías que van de los 61 a los 103 m² y plazos de construcción de 18 meses, además de ofrecer distintas alternativas de integración del 30% previo a la entrega.
Actualmente, la Cooperativa avanza en dos nuevos desarrollos: Realidad 4, en Colonia Sarmiento (Chubut), con un mínimo de 30 viviendas; y Realidad 5, en Río Cuarto (Córdoba), con al menos 86 unidades, este último vinculado a la demanda habitacional generada por la incorporación del sistema de armas F-16.
Si bien en los proyectos impulsados junto al IVIFA se prioriza al personal militar, la adjudicación no es excluyente. En Comodoro Rivadavia, por ejemplo, el 60% de los adjudicatarios pertenece a otros sectores como educación, salud, banca y petróleo, lo que refuerza el carácter solidario del sistema. Además, todos los aportes de los adjudicatarios se canalizan a través de cuentas conjuntas ODAP-IVIFA administradas por la Sociedad Militar Seguro de Vida (SMSV), garantizando transparencia y destino exclusivo para las obras.
“Nos dedicamos exclusivamente a la construcción de viviendas. No prestamos dinero: recibimos aportes durante el proceso de obra y entregamos la casa una vez integrado el 30%, financiando el resto en cuotas similares al valor de un alquiler. Así aseguramos que cada adjudicatario pueda cumplir y que la Cooperativa tenga capacidad de seguir desarrollando nuevos proyectos”, remarcaron desde la entidad.