En el Día de la Antártida Argentina, haciendo honor a la fecha y a su función, el rompehielos ARA “Almirante Irízar” llegó el pasado sábado por la tarde hasta inmediaciones de la base científica antártica Brown, construida por la Armada Argentina y administrada actualmente por la Dirección Nacional del Antártico (DNA).
Es una de las siete bases temporarias con la que cuenta nuestro país en el continente blanco y la tercera escala logística que completó el «Irízar» en esta etapa, luego de las bases Primavera y San Martín.
Al pie de un promontorio de 70 mtrs. en la Punta Proa de la Península Sanavirón, en Bahía Paraíso de la Península Antártica, se divisaba la base que solo permanece operativa durante la temporada estival.
La presencia de un crucero y veleros en la zona confirman que sus montañas nevadas, que sólo dejan al descubierto sus cumbres, y los témpanos circundantes, resultan un gran atractivo turístico; actividad que es regulada para evitar el impacto ambiental.
El sol acompañó las tareas logísticas llevadas a cabo con botes MK6 para recuperar la carga de repliegue de la base que se encontró operativa durante estos meses luego de que el aviso ARA “Bahía Agradable” efectuara el traslado de la carga y de su personal desde la base antártica chilena Eduardo Frei Montalva.
Asimismo, durante la estadía del rompehielos, personal de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) embarcado recorrió las instalaciones de la base Brown para la diagramación de una muestra histórica permanente que forma parte del proyecto para la puesta en valor del patrimonio histórico resultante de la presencia argentina en la Antártida, en particular aquel que data de las primeras épocas.
Tras intensas horas de continuo movimiento de los botes, se concretó el repliegue completo de la carga y del personal que realizó el cierre de las instalaciones, clausurando puertas y ventanas que se volverán a abrir durante el próximo verano cuando dé nuevamente inicio la Campaña Antártica.
En la base quedan sus residentes naturales, palomas antárticas y una colonia de pingüinos papúa, cuyas crías comenzaron el cambio de plumaje y pronto estarán en condiciones de lanzarse a las gélidas aguas antárticas.
A la noche, el «Irízar» –que además de su tripulación lleva a bordo a las dotaciones salientes de las bases San Martín, Brown y cuatro integrantes de la base Primavera– puso arrumbamiento general hacia la base conjunta antártica Esperanza.
Tareas de mantenimiento
Cuando arribó el rompehielos, ya estaban alistados para iniciar el regreso los ocho integrantes de la dotación de Brown, integrada por la jefa de base, licenciada Astrid Zaffiro de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), cuatro efectivos de la Armada Argentina y tres del Ejército Argentino.
A partir de su arribo y apertura de la base científica, el pasado 21 de diciembre, ellos debieron iniciar las tareas de mantenimiento de Brown que cuenta con una infraestructura de 178 m² cubiertos, 41 m² de laboratorios científicos, un área logística de 53 m² y comodidades para alojar a 12 personas. Se distribuye en dos sectores: el Refugio Ortiz en Punta Beatriz, original de Base Brown (actualmente, casa principal) y las instalaciones de la antigua base (área de mayor densidad edilicia), distantes entre sí unos 200 metros. Entre ambos se halla una playa angosta de entre 3 a 5 metros de ancho en bajamar, rodeada en su parte superior por un escarpe de hielo y nieve. Como parte del atractivo del lugar, rodeando la base se encuentra una vegetación de musgo que aflora entre las rocas.
Los trabajos de mantenimiento se centraron en el laboratorio, el alojamiento de personal, los locales de abastecimiento y en el que se recibe al turismo internacional, con miras a futuro de una modernización total de la base.
La dotación debió demoler y retirar estructuras de hormigón desafectadas; mejorar las instalaciones eléctricas, sanitarias y de gas; realizar el tratamiento hidrófugo de cubiertas y pintura exterior e interior de los edificios; reparar pisos interiores y aberturas; arreglar y reemplazar mobiliario en casa de alojamiento y laboratorio.
Gaceta Marinera